Aprender más allá de la obligación

M.Galindo
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Un grupo de familias crea la Asociación Altas Capacidades de Segovia para aprovechar el potencial de niños y niñas y mejorar su bienestar emocional

Inés, a la izquierda y Rafa, junto a su hermana, disfrutan del parque. - Foto: Rosa Blanco

Inés tiene 11 años y el próximo curso dará el salto a la ESO tras completar el periodo de educación primaria en el Colegio Claret. Le gustan las matemáticas porque «me siento segura con los números» y también las 'arts', donde puede plasmar también su creatividad en las artes plásticas. Lo tiene muy claro pese a su edad, y será de mayor «ingeniera informática, arquitecta o diseñadora gráfica» sin dudar un momento cuando es preguntada sobre el particular.

Ella comparte su pasión por las matemáticas con Rafa, un simpático chaval de 11 años que reconoce con naturalidad y sin atisbo de presunción que «soy muy bueno con las multiplicaciones, y los problemas también se me dan muy bien, porque cuando entiendes lo primero ya es fácil»  También asegura ser muy bueno en inglés, a pesar de algunas «letras raras» que se cruzan en textos y oraciones.

Inés y Rafa son dos ejemplos de alumnos con altas capacidades, un colectivo escolar que según los estudios agruparía al 10% de la población , lo que supondría en el caso de Segovia que de los más de 23.000 alumnos matriculados en enseñanzas de régimen general, 2.300 estarían englobados en esta categoría.

El hecho cierto es que las estadísticas educativas señalan que solamente  43 niños y 8 niñas están detectados como alumnos de altas capacidades desde infantil a bachillerato y FP; cifras que ponen de relieve la escasa importancia que el sistema educativo está dando a un colectivo que demanda atención para poder canalizar su desarrollo educativo y mejorar su bienestar emocional.

Conscientes de esta necesidad, cerca de una treintena de familias segovianas con menores con altas capacidades han unido sus fuerzas en la creación de la Asociación Altas Capacidades de Segovia (SEGAC), que está comenzando a dar sus primeros pasos no sólo para visibilizar esta realidad educativa, sino también para eliminar algunos clichés que impiden tomar conciencia de forma fehaciente sobre ella.

Eider Bozasurrutia y Marta García son presidenta y tesorera respectivamente de esta recién creada asociación  con la que Segovia se suma ya a las asociaciones creadas a tal fin en Castilla y León, con el objetivo común de abrir cauces de información a las familias que puedan tener un niño o niña con altas capacidades y consequir que la adminisitración  sea sensible a una realidad que permanece parcialmente oculta en el sistema educativo.

A la hora de romper clichés, el más evidente es el que define a estos alumnos como «superdotados», creando un halo de superioridad sobre ellos con respecto a sus compañeros que puede llegar a estigmatizarles. «Estos niños no son unos cereebritos, - asegura Bozasurrutia -, lo que ocurre es que tienen unos intereses muy determinados en materias que les llevan a querer aprender todo sobre ellas, de manera que aquello que los interesa lo llevan muy bien y dejan a un lado el resto de asignaturas o les prestan una menor atención». De este modo, lo que inicialmente puede parecer una ventaja, se transforma en muchos casos en un inconveniente, ya que el interés por aprender más allá de la obligación de un temario puede llevarles al desinterés o la desmotivación.

Las familias con alumnos de altas capacidades lamentan que desde la administración educativa no haya una respuesta eficaz a las necesidades de este colectivo, pese a que se han habilitado planes y acciones concretas a tal fin.
más apoyo La presidenta de SEGAC pone como ejemplo el programa 'Detecta' de la Junta de Castilla y León, inicialmente destinado a detectar a este tipo de alumnado y que no está dando resultados. «Nosotros hemos preguntado en los colegios cuántos niños se han detectado a través de ese programa, y la información es muy desigual, además que el propio programa no es muy conocido ni por profesores ni por padres», asegura Eider Bozasurrutia.

También pone el acento en los profesores, que ven «más un problema» con un niño de altas capacidades que la posibilidad de canalizar su potencial para poder estimular al resto de compañeros  y avanzar a cumplir con eficacia los objetivos curriculares, Así, explica que «si un niño es bueno haciendo sumas, no se trata de ponerle a hacer únicamente eso, sino afrontar esa capacidad de forma imaginativa e integrarlos en la dinámica de trabajo». «Por lo general, los niños con altas capacidades son sociables, y es muy bonito ver cómo ser relacionan entre ellos porque ellos mismos eligen a sus amistades por la afinidad que generan» asegura.

Marta García pone el acento en el escaso número de niñas con altas capacidades registradas en la provincia, y justifica este hecho por que «las niñas tienden a camuflarse más que los niños para adaptarse al nivel social en el que se sienten más cómodas y evitar rechazos»

Para ello, uno de los objetivos que se marca SEGAC es la organización de charlas y conferencias que agrupen a la comunidad educativa y a las familias en materia de formación, ya que esta es la principal demanda de este colectivo, que irán tomando forma en los próximos meses una vez que la asociación pueda contar con una sede física y una estructura organizativa más consolidada. Los interesados pueden ponerse encontacto en la cuenta de correo asociacion.segac@gmail.com