La lenta y torpe persecución

Diego Izco (SPC)
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El Real Madrid no afloja respecto al liderato, a pesar de que transmite sensaciones muy distintas a las del Barça. La final de Copa mediatizó a los candidatos. La lucha por Europa, un laberinto sin pronóstico claro

La lenta y torpe persecución - Foto: Kiko Huesca (EFE)

El Real Madrid lleva tres victorias seguidas por 1-0. El cuadro merengue ha ganado por la mínima sus últimos siete partidos. El equipo blanco sufre pero no afloja. El Real Madrid es la viva imagen del escalador tras el líder de la carrera, moviendo la bicicleta de lado a lado, a punto de caerse o desfallecer, con el maillot desabrochado, cara de inmenso sufrimiento y magulladuras en una pierna, pero cada vez que la 'Moto dos' da la referencia, no ha perdido distancia respecto al primero. Una persecución lenta y torpe, y sin embargo incesante. Sigue sumando de tres, y como el Barça tampoco da sensación de grandeza ni va sobrado, los de Ancelotti pedalean con la convicción de que esa angustia merecerá la pena: el clásico de la 35ª jornada es la clave. 

Copa

Hoy se disputa la final de Copa y ambos gigantes se tomaron con calma relativa sus compromisos. Rotaron, especularon y ambos tenían la misma consigna: sentenciar pronto y aguantar como fuera. Pero incluso en la especulación el Barça parece más entero. Fueron 40 disparos de los azulgrana ante el Mallorca (cuatro recibidos) frente a 14 blancos (20 recibidos). Los dos guardametas visitantes, Leo Román en Montjuïc y Courtois en Getafe, fueron las figuras. El Barça depende demasiado de la puntería, el Madrid de que los rivales no la tengan: una diferencia abismal que, sin embargo, no termina de despegarlos. 

Europa

El rendimiento del Barça, Athletic y Betis ha dado a España una plaza extra en la próxima campaña continental. La lucha por esa quinta plaza de Champions (Betis y Villarreal) va a ser agónica, pero a partir de ahí se abre un 'tour de force' espectacular porque hasta el octavo 'rascará' billete a Europa. Siguiendo con el símil ciclista, las cinco etapas que quedan tienen viento para 'abanicos', pavés, muros, ataques incesantes… A estas alturas hacen falta piernas y cabeza. La diferencia entre el habitante de la zona de nadie y la que tiene premio puede estar en un minuto, en un simple gol.