Vallelado recupera la normalidad

Cristina Sancho
-

Los vecinos tramitan con las aseguradoras las indemnizaciones por los efectos de la riada.

Las riadas mortales registradas la semana pasada en Mallorca hacen a muchos vecinos de Vallelado recordar lo que vivieron apenas hace 15 días. Aunque ya han conseguido limpiar la mayoría de las zonas afectadas aún quedan restos de barro y acumulaciones de maleza en parques y jardines. Lo vivido el pasado 26 de septiembre no va a ser fácil de olvidar para los afectados y todos aquellos que no dudaron en echar una mano para intentar recobrar la normalidad cuanto antes. 

Las zonas más afectadas fueron las calles paralelas al arroyo Horcajo que en buena parte de su recorrido por la localidad se encuentra canalizado. «Es un arroyo que siempre baja seco pero cuando ocurre lo que pasó busca su cauce natural», explica Verónica Velázquez, concejal en el Ayuntamiento. Además de los garajes y bodegas que resultaron anegadas, el frontón cubierto municipal fue otro de los espacios que se vio afectado. Desde el Consistorio se hizo un llamamiento a los vecinos para la limpieza del espacio deportivo y desde la Asociación de Mujeres de Vallelado la colaboración fue muy importante para que quedara plenamente limpio y listo para su uso el pasado fin de semana. 

Desde el Ayuntamiento recuerdan cómo aquel miércoles 26 de septiembre los vecinos se volcaron en ayudarse unos a otros. Hasta Vallelado acudieron los Bomberos de Segovia, personal del Ayuntamiento de Chañe o  de la Diputación Provincial. La concejala recuerda cómo en algunas bodegas había más de un metro y medio de agua con los enseres flotando y dos bombas de agua sacando agua toda la noche. Los Bomberos estuvieron hasta las dos de la madrugada. También acudieron miembros de Protección Civil y de la Guardia Civil. La Junta también ha realizado obras de urgencia en la carretera CL-602 para reparar los hundimientos en esta carretera que une Cuéllar, Torregutierrez y Vallelado.

A pesar de los recuerdos y de la situación vivida, con el paso del tiempo queda un poso en el pueblo: la solidaridad. «No se podía limpiar todo en un día, los vecinos han tenido paciencia y la gente se ha volcado en ayudar, lo que es de agradecer», apunta Velázquez. También recuerda como en los días sucesivos el camión de basura iba casa por casa recogiendo los montones porque los contenedores estaban cada uno por un lado. Aunque ya está todo más o menos limpio, hay viviendas en las que se sigue limpiando porque han tenido que esperar a la visita de los peritos de seguros para evaluar los daños. Ahora quedará realizar las reparaciones oportunas.