El Consejo del Diálogo Social se reunirá tras las elecciones Generales, previsiblemente el 26 o 27 de julio, después de un año sin que el máximo organismo del modelo de concertación regional se hubiera sentado en una misma mesa, y que se producirá después de las tensiones ocasionadas por el recorte de ayudas a sindicatos, la polémica del Serla o los ERE de CCOO y UGT. El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, convocó ayer a patronal y sindicatos a este encuentro que se celebrará en la sede de la Presidencia de la Junta, para, según reza el comunicado remitido por el Ejecutivo regional, mostrar así «su voluntad de propiciar acuerdos y fortalecer el entendimiento entre los agentes sociales y la Administración». Un cometido en el que siempre «encontrarán» al presidente de la Junta, según apunta la nota, con el objetivo de «incrementar el bienestar» de todos los castellanos y leoneses, «como así lo corroboran los últimos datos económicos, empresariales y de creación de empleo de Castilla y León, que siguen mejorando y superando la media nacional».

La llamada a filas del presidente de la Junta se produjo unas horas después de que Comisiones Obreras anunciase el envió de una misiva al propio Fernández Mañueco, en la que le recordaba que este martes, 11 de julio, se cumple un año de la última celebración del Consejo de Diálogo Social. En la misiva la organización sindical advierte que de no reconducirse pronto las relaciones institucionales y de diálogo social, «se entraría en una etapa de riesgos evidentes contrarios a la cultura política y social de nuestra Comunidad».

En los próximos días, a finales de julio, también se cumplirá un año de la última Comisión Permanente del Consejo. «Esta desidia pone de manifiesto que los órganos de participación de la Consejería de Industria, Comercio y Empleo son inútiles a día de hoy», afirmaron desde CCOO, que piden «una fórmula que permita salvar, al menos, la necesaria interlocución y la institucionalidad democrática entre las partes».