Los Wrayajos anuncian su regreso cinco años después

Nacho Sáez
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El grupo segoviano vuelve sin su bajista pero con la máxima ilusión por probarse como trío.

Fernando Martín, Francisco Serrano y Manolo Madrigal, integrantes de Los Wrayajos. - Foto: N. S.

En un momento en el que aprecian un crecimiento del individualismo y un 'boom' de quienes prefieren dar rienda suelta a su pasión por la música como djs, ellos se vuelven a reunir. Sin su bajista, Gonzalo de la Osa, pero con la máxima ilusión por probarse como trío. Manolo Madrigal, Fernando Martín y Francisco Moreno traen de regreso a Los Wrayajos.

Han pasado cinco años desde su última aparición. «Hemos estado mucho tiempo sin juntarnos. Tampoco hubo facilidades porque ya sabemos todos que ha habido un tiempo en el que no se ha podido hacer nada por el confinamiento. Cundió el desánimo pero cuando volvió todo a la normalidad nos dimos cuenta que lo echábamos de menos», cuentan sentados en un bar de Palazuelos de Eresma en el que se evidencia que las cosas han cambiado.

Es viernes por la tarde y sobre la mesa hay dos tés y solo una cerveza, y uno de ellos va a ser próximamente padre. «Pero mientras sigamos vivos daremos guerra», se ríen. Uno de sus discos, 'A piñón fijo', se cerraba con una frase de la que no se quieren separar: «Estar tranquilos nos pone nerviosos». Pero esa agitación que los pone, ahora es diferente. Sin su bajista, han tenido que transformarse. «O buscábamos un bajista nuevo o nos adaptábamos. . Y esto último fue lo que hicimos. Pasamos de ser cuatro a ir en formato trío. Una guitarra, bajo y batería más la voz de Manolo. Y yo creo que eso es novedoso porque no tiene nada que ver el grupo. Por lo menos a la hora de ensayar hay muchas cosas que revisamos porque obviamente es distinto. Y la verdad es que estamos muy contentos del resultado», subraya Fran.

El próximo 23 de febrero se estrenará esta nueva versión de Los Wrayajos con un concierto en la fábrica de cerveza artesana Octavo Arte. Para el disco habrá que esperar un poco más. «Tenemos algunas canciones, otras están en proyecto y habrá alguna versión. Lo que pasa es que la vida nos impide tener el tiempo suficiente para arreglarlas y, con el nuevo formato, a lo mejor no nos tenemos que centrar tanto en florituras sino en la contundencia y en ser efectivos», reflexiona Fernando. «Ahora nos podemos permitir menos maniobras y tenemos que ser más básicos, más punky, y hacer más canciones que vayan más a martillo simplificando todo más. Nunca había estado en  un grupo que pasara de cuatro integrantes a tres, pero a veces menos es más y quitar enriquece más que poner», añade Manolo.

A la espera de que publiquen su nuevo trabajo, Los Wrayajos tienen a sus espaldas tres discos y dos EP. «El grupo surgió a partir del encuentro que tuvimos Gonzalo [de la Osa] y yo en un momento de nuestra vida -obviamente en bares- y de una idea que tenía yo. Pero quien nos evangelizó fue el difunto Luis Mario Quintana, que de hecho fue quien le puso el nombre al grupo. Era un homenaje al guitarrista Link Wray, al que le añadimos 'ajos' para castellanizarlo. Pero al principio, en cada concierto nos llamábamos de una forma: Andajazz, Los Irritantes...», recuerda Fernando.

Se pusieron manos a la obra a hacer versiones de grupos surferos y de grupos instrumentales de rock hasta convertirse en uno de los grupos segovianos más reconocibles por el público. Y no les han faltado colaboradores. «Ahí tengo que decir que he sido yo el que no he querido que ahora las tengamos. Tengo ganas de que nos probemos como trío y, si estamos invitando a bajistas a tocar canciones, es que no nos vamos a poder medir nunca», apunta Manolo mientras asienten sus compañeros de banda, que han terminado por darle la razón. Lo importante es volver a hacer música. «El concierto en Octavo Arte va a ser una especie de fiesta y un homenaje al rock and roll en sí, que digamos que está en horas bajas porque las nuevas músicas están copándolo todo. Ya es muy difícil poner una emisora y escuchar algo que no sea reggaeton o electrónica. Queremos intentar recuperar esa nostalgia y en nuestro caso incluso hasta el punk», remarcan.

La música es algo trascendente para ellos. «Más allá de que me permite estar con dos amigos, libero emociones que de otra manera no soy capaz. Y eso me hace quitarme mucha tensión», revela Fran. «En la vida hay cosas que no deseas que se vayan, y el gamberrismo de mi adolescencia siguen persiguiéndome. A mí hacer ruido me produce mucha satisfacción», abunda Fernando. Y Los Wrayajos no se van a quedar en silencio de nuevo. Están de regreso.