Primeros pasos para retomar la obra del hotel de Quitapesares

David Aso
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Una lona con la marca Hotel Quinta Real by La Farm y los andamios anticipan la reanudación de la obra, a la espera de que se termine de definir el proyecto

Primeros pasos para retomar la obra del hotel de Quitapesares - Foto: Rosa Blanco

El fantasma de hormigón sin sábana que se asomaba día y noche por el balcón de la carretera de La Granja desde el sector Quitapesares, en Palazuelos, ya no asalta con el recuerdo de la crisis económica que se desató en 2008. Ahora viste una lona que dice 'Hotel Quinta Real by La Farm'; y tras ella, andamios que anticipan el propósito de los nuevos propietarios de retomar las obras para finalizar este edificio más de diez años después de que se paralizaran, si bien de momento están a la espera de terminar de definir y redactar el nuevo proyecto.

La onda expansiva del estallido de la burbuja inmobiliaria que se produjo en 2008 llegó allí en 2012 con la paralización de la construcción de aquel hotel que acabó en manos de Bankia para su puesta a la venta en 2014, cuando ya se frustraban en paralelo los planes residenciales y económicos de este entorno por la crisis y otros problemas: parcelas residenciales, tecnológicas y comerciales sin ocupar, el palacio de congresos a medias... El hotel iba a ser un cuatro estrellas de 150 habitaciones promovido por el grupo NH junto con otros inversores que compraron la parcela durante la etapa previa de bonanza a Segovia 21, la sociedad liderada por la Diputación desde su creación en 2005 (con participación también de la Cámara, Caja Segovia y después Bankia, entre otros), rebautizada como Quinta Real en 2018 y traspasada el pasado abril a otra sociedad privada, Madaria HC Real Estate, matriz de La Farm con fondos de la familia Aguinaga, que así ha completado la compra de todos los terrenos del sector. Suman más de un millón de metros cuadrados, incluido el campo de golf de La Faisanera, pero con las excepciones del palacio del mismo nombre, que sigue siendo de la Diputación (prevé acabar su conversión en centro de congresos en 2024); y el Vivero de Empresas (Vicam), de la Cámara.

Los terrenos del viejo hotel a medio construir fueron adquiridos por la familia Aguinaga en una operación anterior a la del traspaso de Quinta Real, y ahora la lona transmite a la vista actividad emprendedora en lugar de parálisis, mientras la garita de entrada ya lleva unos meses revestida con placas de La Farm y el campo de golf continúa activo. Pero queda trabajo pendiente antes de abordar el desarrollo del conjunto del sector.

Primeros pasos para retomar la obra del hotel de QuitapesaresPrimeros pasos para retomar la obra del hotel de Quitapesares - Foto: Rosa Blanco

Por de pronto, el proyecto del hotel aún está por terminar de definirse, incluida la fórmula de explotación, si bien la sociedad promotora desveló en abril que su idea es que cuente con 96 habitaciones. Asimismo, ya en marzo avanzaba El Día que LaFarm prepara un master plan para el desarrollo de todo el sector con Rafael de la Hoz Arquitectos, autor de más de medio millar de proyectos en una veintena de países, tales como el nuevo centro residencial y de negocios de Bucarest y planes urbanísticos en la bahía de Baréin, el Argarve portugués, Estambul, China o Cuba, además de las sedes corporativas de multinacionales españolas como Endesa, Repsol y Telefónica, o la reforma del hotel de lujo más icónico de Madrid, el Ritz.

DESARROLLO EN ESTUDIO. En Quitapesares, aparte del hotel, se prevén unas 400 viviendas singulares con diferentes tipologías, un centro de negocios, zona comercial o llamativas dotaciones culturales y deportivas (ha tanteado la posibilidad de un campus y un centro de alto rendimiento deportivo). 

La familia Aguinaga estima la inversión global en 150 millones de euros; las previsiones de ventas, en 300; y en apenas dos años espera poner en marcha un desarrollo que además aspira a atraer población de fuera de la provincia promocionándose como una extensión residencial de Madrid. A apenas media hora de Chamartín, con la ventaja de una mayor calidad de vida que en la capital y precios más competitivos sin renunciar a altas calidades, nuevas tendencias inmobiliarias de eficiencia bioclimática o sostenibilidad. Y sin olvidar que todo se levantará en torno a las 60 hectáreas que ya ocupa el campo de golf de La Faisanera, además del palacio de congresos que la Diputación espera acabar en 2024, al tiempo que apuesta por recabar apoyos de otras instituciones para ejecutar el vial de conexión de Palazuelos con la estación del AVE, un proyecto prácticamente tan antiguo como el del propio palacio de congresos, o el del hotel a medio construir que ya ha dejado de ser un mero testigo de hormigón de la vieja crisis inmobiliaria.