Ignacio Fernández

Ignacio Fernández

Periodista


Intereses

05/10/2023

Ah, el otoño que avanza, la estación cosechera y pre-invernal, la de la reflexión introspectiva. Ah, que avanza el otoño pero algunas cosas siguen en el olvido, paralizadas en el tiempo. Son muchas, pero seré prosaico: sin novedad en cuanto a la remuneración de los ahorros bancarios en nuestra España, patria querida. Querida y cara. Dos palabras que vienen de lo mismo pero que significan distinto.
Los tipos de interés han subido como un meteorito y éste ha impactado sobre la economía doméstica. Pero la antinomia préstamo/depósito se ha roto por el coste de la industria bancaria y por alguna otra razón que la popular no alcanza a entender. Singularmente las personas mayores, ésos que sufrieron etapas de tipos extremadamente altos y disfrutaron de remuneraciones extremadamente generosas para sus ahorros.
Hay quien dice que el impuesto que el Gobierno le ha endosado a muchos bancos ha influido en esta carencia. Otros sostienen que los bancos se están vitaminando y mineralizando después de años de dolor. Otros muchos, sencillamente, explican que no hay mucha presión de la demanda porque las letras del tesoro y otros activos reciben el dinero que no se queda en la cuenta a la expectativa de su remuneración.
Pero pasa el tiempo y sigue faltando el gran debate nacional sobre la diferencia entre pagar y cobrar en el caso del sector financiero. Puede que ése tiempo nuevo de «fintech» y banca digital aún no haya florecido lo suficiente mientras el modelo sucursalista sigue en revisión con tensiones.
Pero a la reputación del sector financiero no le viene bien que se posterguen los «libretones» (o como sean ahora) porque no anda sobrado de una valoración favorable de su quehacer. Los bancos son usualmente tratados de forma injusta y desconociendo con frecuencia su papel y su entramado. Así que no sería malo hacerse querer un poco más deshaciendo el nudo gordiano de los intereses de sus pequeños tesoros. Interesante.