Los problemas para acceder a un centro educativo u otro parecen cosa del pasado y en los últimos años, pocas familias no consiguen una plaza en el colegio que quieren para sus hijos. Una situación que se convertirá en anécdota en pocos años cuando la pérdida de niños como consecuencia de la caída de la natalidad obligue a cerrar aulas e incluso centros. Las proyecciones de población elaboradas por el Instituto Nacional de Estadística avanzan un descenso acentuado de los menores entre 0 y 15 años en los próximos años. Una situación que afectará considerablemente al sistema educativo que debería afrontar la necesidad de un cambio para hacer frente a esta pérdida de alumnos, como recoge el análisis 'Las escuelas se están quedando sin niños: una oportunidad para transformar el sistema educativo", elabora por los investigadores Lucas Gortazar y Jorge Galindo para EsadeEcPol.
Dicho informe refleja que entre 2013 –cuando se alcanzó el máximo histórico– y 2023, España ha perdido 450.000 menores de 16 años y en 2037, la cifra habrá sobrepasado un millón de niños. Como consecuencia, el sistema educativo pasará de tener que absorber 7,5 millones a menos de 6,5 millones de estudiantes. Una situación nacional a la que Castilla y León no será ajena, sino todo lo contrario: se encuentra entre las comunidades más afectadas a nivel nacional.
Las escuelas de la región podrían tener unos 56.000 alumnos menos en quince años si se cumplen las previsiones del INE. En concreto, en 2013 había 326.462 niños de 0 a 15 años en la Comunidad, una cifra que ya ha descendido a los 288.909 en 2023 y que bajarán hasta los 232.989 en 2037. Esto supondría la pérdida de un 19,3 por ciento de los menores de 16 años si se compara la cifra actual y la proyección en quince años.
El descenso de la natalidad y el frenazo de la llegada de la población inmigrante afectan a la pérdida de alumnos en las aulas y tendrá más consecuencias en los centros de pequeños municipios, donde se mantienen abiertas incluso con tres alumnos. Además, esta caída demográfica variará por etapas. En Castilla y León, la Primaria perderá un 23,9 por ciento de los niños, pasando de 115.193 en 2023 a los 87.558 previstos en 2037; en el caso de la Secundaria, el descenso será del 26,8 por ciento, de los 85.330 que hay en 2023 a los 62.405 que se prevén en quince años.
Más de un tercio
El informe advierte también de las desigualdades por territorios, ya que algunas provincias castellanas y leonesas se encuentran entre las más perjudicadas por este descenso de la natalidad. Zamora, León o Palencia perderán más de un tercio del volumen de menores de 16 que tenían en 2013, mientras que otras solo será un diez por ciento como es el caso de Madrid o Barcelona, o incluso nada como en Navarra o Baleares.
Estos números deberían hacer saltas las alertas sobre la necesidad de introducir cambios en un sistema educativo que se queda sin niños. La consejera de Educación, Rocío Lucas, respondía hace unos días en una entrevista concedida a este periódico siempre están «en reorganización, porque es dinámico y ni puede mantener la rigidez de una administración ordinaria», aunque sí baraja ajustar las unidades ya que reconoce que el crecimiento vegetativo es una evidencia. El informe plantea medidas para aprovechar esta tendencia como reducir la ratio alumno-profesor y el tamaño de las aulas más presionadas; ampliar el tiempo en la escuela; o reformar las políticas docentes y mejorar sus condiciones laborales.