Marcelo Galindo.

Pare, mire, cruce

Marcelo Galindo.


Camisetas y trifulcas

07/04/2024

Hace unos días me paraba en la calle para conversar con Mario Antón Lobo, cronista y juglar de la ciudad a la que ama a través de la música, la palabra y la imagen. Siempre amable, me reprochaba cariñosamente que no empleara esta pequeña atalaya en el periódico para endurecer el mensaje crítico contra el poder político local y provincial.

No le falta razón. El libro del Apocalipsis pone en boca de Dios la frase "a los tibios los vomitaré de mi boca", y es posible que haya abordado algunos asuntos capitales con un exceso de prudencia que puede ser interpretada como tibieza; por ello aprovecharé estas líneas para dar una explicación que nadie ha pedido pero que hoy considero pertinente. Como pueden observar, esta columna lleva por título 'Pare, mire, cruce', lema que figura en algunos pasos de peatones para advertirles sobre la necesidad de cruzar la calle con la lógica prudencia atendiendo a las tres recomendaciones de la frase. Elegí ese título porque mi intención es ofrecer al lector un paso para cruzar por la actualidad desde el análisis y no desde la precipitación, de una forma sosegada y alejada de la crispación.

Probablemente esta intención me suponga remar contra corriente, en medio de un ambiente político y social excesivamente polarizado donde todo es negro o blanco sin tener en cuenta los matices que ofrece la actualidad. Nos enfrentamos a un tiempo donde la trifulca parece ser más productiva a la hora de expresar opiniones, y los partidos políticos y los medios de comunicación asumen y fomentan esta manera de interpretar la realidad con portavoces, tertulianos y columnistas claramente vestidos con la camiseta de uno u otro partido político que defienden con inusitada vehemencia sus postulados primando en su defensa el menosprecio y a veces el insulto hacia sus adversarios.

En el ámbito político tenemos ejemplos palmarios y muy cercanos. El inicio del Gobierno municipal del PP en Segovia se ha caracterizado por una tensa relación con el principal grupo de la oposición, cuyo culmen fue un bronco pleno municipal el pasado mes de marzo donde se cruzaron acusaciones de grueso calado entre el alcalde y la portavoz socialista a cuenta del presunto uso indebido de la certificación digital por parte de Clara Martín para acceder a informes municipales. La tormenta política fue de tal magnitud que obligó a Mazarías y Martín a mantener una reunión con el fin de rebajar la tensión política, en la que ambos se comprometieron a "no contagiarnos de lo que ocurre a nivel nacional". Poco ha durado el compromiso, y el mal rollo ha regresado entre Gobierno municipal y oposición, siendo su más reciente episodio el derivado de la participación de los ediles de ambas formaciones en Semana Santa, donde los socialistas se negaron a ocupar el lugar habilitado en el graderío de la Plaza Mayor para incorporarse a la procesión de Los Pasos del Viernes Santo.

Creo sinceramente que es posible el debate político y social sobre cualquier asunto sin la acritud de los argumentarios de los partidos o el descrédito de las ideologías. Y lo creo porque hubo un tiempo en este país donde se consiguió, en un momento en que la incipiente democracia daba pasos vacilantes y había que exorcizar muchos demonios familiares. ¿Estamos hoy en la misma situación?. Pare, mire, cruce...