Cuando el Ayuntamiento contamina y paga dos veces

Gonzalo Ayuso
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El consistorio segoviano, que ha sido sancionado por un vertido de aguas residuales con origen en Zamarramala, tiene que abordar la costosa obra de un sistema de bombeo y una conducción de 650 metros

La cacera donde se produce el vertido de aguas residuales está junto a la carretera. - Foto: Rosa Blanco

El Ayuntamiento de Segovia ha iniciado un procedimiento para contratar las obras de una instalación de bombeo en el barrio incorporado de Zamarramala, cuya zona norte, donde se concentra aproximadamente el 20% de los residentes (en torno a 114 personas, según el padrón municipal), vierte sus aguas residuales directamente a una cacera situada junto al camino de La Lastrilla. Ese vertido le ha costado ya al consistorio segoviano una multa de 2.000 euros por parte de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) que, además, exige que se ponga remedio para evitar la contaminación de las  aguas  subterráneas.

A diferencia de la zona sur de Zamarramala, que vierte sus aguas fecales directamente a la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de la ciudad, la red de saneamiento de la parte norte, al encontrarse a diferente altura, no puede llegar por gravedad a las  instalaciones depuradoras.

El presupuesto de licitación de las obras necesarias para instalar el sistema de bombeo y una conducción desde el lugar de vertido al barrio incorporado asciende a 115.795,74 euros (incluyendo el IVA). 

Características de  la obra. El proyecto se llevará a cabo en las proximidades del núcleo urbano de Zamarramala y consiste en la construcción de un pozo, la instalación de los equipos de bombeo dentro del mismo, una parte importante de las obras de impulsión – una tubería de aproximadamente 650 metros – y la acometida eléctrica para su funcionamiento.

Dentro del casco urbano se prevén intervenciones para los tramos finales de la impulsión y obras de adaptación del pozo de rotura de carga existente. 

El objetivo final es bombear los caudales de aguas  residuales desde un punto próximo al actual vertido hasta ese pozo existente en el interior del barrio, a partir del cual circularán por la red de saneamiento hacia la EDAR. 

Autorización previa. El Ayuntamiento, todavía con Clara Luquero como alcaldesa, decidió llevar a cabo este proyecto una vez que la CHD abrió expediente sancionador por verter aguas residuales sin tratar a la citada cacera. 
En noviembre de 2016, el consistorio segoviano había solicitado a la Confederación una autorización o revisión de autorización de este vertido, alegando entre otras cuestiones, que procedía de una población inferior a 250 habitantes. Condicionaba la eliminación del mismo a al desarrollo urbanístico de un sector de suelo del ámbito de Zamarramala, el denominado UZD-D-R-10-Z. En este sentido, la solución inicial pasaba por el crecimiento residencial del barrio hacia el oeste.

No es hasta febrero de 2018 cuando la CHD lo autoriza pero con condiciones, entre ellas la instalación de un sistema de depuración o la conexión con la EDAR de Segovia y, hasta la construcción de cualquiera de esas dos opciones, «llevar a cabo las actuaciones necesarias para minimizar el efecto  del vertido». El plazo de vigencia de esa autorización es de 5 años.

Sin embargo, el 24 de junio de 2021, la entidad reguladora de cuenca formula la denuncia por incumplimiento de las condiciones de la autorización de vertido y sanciona al Ayuntamiento con una multa de 2.000 euros. Este último presentó un recurso de reposición el 7 de febrero de 2022 pidiendo su anulación y alegando que se trata de una infracción administrativa leve.

El recurso fue desestimado y el Ayuntamiento pagó finalmente la multa, según ha confirmado la Confederación Hidrográfica del Duero.