El Segosala Pinturas Alyvan se impone al Unami

D.S.
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El resultado fue 2-1

El Segosala Pinturas Alyvan se impone al Unami

El éxito, sobre todo en el deporte, suele ser efímero si no está respaldado por un proyecto. Así que al finalizar el derbi del domingo entre Segosala Pinturas Alyvan y Unami, ahí estaba el éxito, dando la espalda a las azules y abrazándose en el centro de la cancha a unas rojinegras de seis años, otras de nueve y diez, varias que rondaban la quincena y otras de entre veintipocos y treinta y tantos, mientras al fondo, el marcador exhibía un 2-1 para las jugadoras de Agustín Pérez más que merecido... desde hace varios derbis.

Y eso que el del domingo fue, probablemente, uno de los más igualados de estas dos temporadas; al menos hasta que a las azules les aguantaron las fuerzas y los años. Tanto los de éxito como los de hastío. Con el Segosala mostrando su juego intenso y solidario y el Unami ofreciéndose valiente, como en la última contienda, alternando la presión en cancha entera con otra que comenzaba a media cancha, las ocasiones se sucedieron a ambos lados del tablero y María y Sonia fueron protagonistas desde los primeros segundos, cuando Sara avisó desde lejos para las azules nada más sacar del centro y Miri respondió para las rojinegras en la siguiente jugada, obligando a María a salir lo justo para despejar el peligro.

En los primeros compases, Claudia y Valle obligaban a actuar a María y Soraya hacía lo propio con Sonia, mientras que, rozando el descanso, Claudia y Cris de Andrés eran quienes tenían las oportunidades más claras para adelantar a sus equipos. Sin embargo, al sonar la bocina, el 0-0 se mantenía en el marcador, gracias también a la presión en la salida de balón de las rojinegras, que dificultaba enormemente la tarea ofensiva del Unami, a la sabiduría en el repliegue de las azules y a la seguridad que, en la posición de cierre, ofrecían Cris de Andrés por parte de las azules y Valle por las rojinegras. No en vano, la 'siete' del Segosala, quien acostumbra a ser una de sus mejores jugadoras, cuajó su mejor partido de la temporada; al igual que Jimena, a quien la edad esta vez se le quedó en el DNI para dejarla mostrar, de principio a fin, una madurez, una concentración y una seriedad a lo largo de los cuarenta minutos que suele ser base de cualquier proyecto de éxito.

Así que, con la igualdad en el marcador, pero, quizás, con un poco más de balón, alguna ocasión más clara y una mayor movilidad en el juego para el Segosala, ambos equipos dieron inicio a la segunda parte con la intención de llevarse el partido. Y éste pudo ponerse mejor para las azules a los pocos minutos de reiniciarse el encuentro, cuando en disparo de falta, el balón estuvo a punto de desviarse hacia la portería al rozar en una jugadora. Sin embargo, poco después, Miri, con un disparo que se fue rozando el palo, iba a avisar de que la cancha empezaría a inclinarse ligeramente hacia la portería de María en cuestión de segundos. Algo más, incluso, cuando Cris de Andrés tuvo que retirarse lesionada durante unos minutos. Tan solo uno después, Valle iba a robarle un balón a Laury en primera línea de presión, la iba a dejar tirada por los suelos, como sólo Valle sabe ir dejando contendientes por el parqué, y, acto seguido, iba a hacer lo mismo con María para batirla y marcar el 1-0, mientras Sara trataba de darle caza sin ninguna posibilidad de hacerlo.

Entonces llegó la desesperación de las azules, el cansancio, sus intentos reiterados por parar el ritmo del partido, el hastío y el desquicio. Llegó también su apuesta por el portero-jugador, que es posiblemente su mejor número de la suerte, y hasta les llegó una oportunidad en forma de penalti inexistente, después de que Laury volcase de manera exagerada al darle un puntapié a la pierna con la que Alejandra protegía el balón en el área. La misma justicia divina que, a dieciséis segundos del final quiso que Eva hiciese el 2-1, después de que Sara hubiese empatado a falta de cincuenta segundos para la conclusión, quiso que Sonia le parase el penalti a Carré, mientras a los aficionados rojinegros la euforia les hacía saltar del asiento.

Entre el penalti, en el minuto 29, y el empate, el Segosala pudo ampliar el marcador hasta en cinco ocasiones claras, incluido un balón al larguero de Clau. Pero el éxito, que suele ser efímero si no está respaldado por un proyecto, quiso reservar un final de infarto para los presentes; jugadoras, entrenadores y aficionados. Después de que pareciese que, una vez, más el Unami se iba a llevar un exitoso punto, Sonia sacó de portería a Eva, ésta envió un balón de difícil control a Valle, que, sin embargo, con calidad controló para devolvérsela a Eva, que tocó ligeramente para Miri, quien envió un balón en largo, para ganar la espalda a la defensa, a Claudia, que la bajó con el isquio y rápidamente lo pasó al segundo palo, donde Eva llegó con tranquilidad para marcar el 2-1, ganar el derbi y abrazar al éxito con fuerza y con futuro.