Presidenta de federación de asociaciones de mujeres rurales (Fademur) en Castilla y León desde septiembre de 2016, Loreto Fernández defiende en el Día Internacional de la Mujer Rural, que se celebra este 15 de octubre, su papel fundamental para luchar contra la despoblación. Ella misma es ejemplo de que con un empleo se logra que la gente se quede a vivir en los pueblos, como sucedió con la iniciativa para llevar comida a domicilio a personas que residen en pueblos de la provincia palentina que gestiona junto a un grupo de mujeres.
¿Cuál es la situación actual de la mujer rural en Castilla y León?
Sigue siendo como hace tiempo: necesidad de empleo y servicios. Con esto sería más fácil que se quedaran y no se fueran tantas de nuestra Comunidad, porque al final se forman muy bien pero se acaban yendo fuera. Tenemos que hacer algo para intentar que no siga pasando porque se va lo más importante y lo ideal es que esa sabiduría se quede en la Comunidad.
¿Qué panorama se encuentran las mujeres que ahora quieren ser agricultoras con respecto a lo que se encontró usted cuando comenzó en 1994?
Tenemos más tiempo, porque en lugar de ser manual ahora se hace con maquinaría y no es ese esfuerzo físico, pero para empezar con una explotación sigue siendo muy parecido. O heredas la explotación de tus padres, como hice yo, o de alguien que te lo deja, porque sino es complicado incorporarte al tema de agricultura, seas mujer o hombre, porque es un coste grandísimo lo que se necesita aparte de tierra.
¿Cómo ve el futuro del campo?
Ahora mismo ya la gente del campo vamos teniendo cierta edad y es verdad que hay poco relevo, se ve algo puntualmente, pero se necesita más porque al final en unos años no muy lejanos te vas a jubilar y no tienes relevo. A ver cómo solucionamos este tema, ya sea con incentivos o asegurando a las personas un precio justo y estable por sus productos.
¿Ha cambiado el papel de la mujer en la sociedad rural en los último años?
Sí que ha cambiado y va evolucionando. Antes la mujer se dedicaba a las tareas de casa y en ayudar en la explotación, y ahora mismo ya hay muchas mujeres que tienen un trabajo fuera, una explotación prioritaria o una titularidad compartida, y por ahí hemos avanzado un poquito aunque queda mucho por avanzar.
¿Cómo atraemos a las más jóvenes para se queden en el medio rural?
Lo primero tienen que querer, les tiene que gustar, porque la agricultura es muy dura, aunque hay otros tipos de negocios que se pueden hacer en el medio rural. Ahora con buenas tecnologías se puede teletrabajar y terminar viviendo en un pueblo, pero es necesario que haya buena fibra para que les dé igual estar en un pueblo que en una ciudad. Y también está la transformación, porque la transformación crea empleo.
¿El emprendimiento sigue siendo cosa de mujeres en el medio rural?
Es verdad que la mujer ha dado un paso para adelante y está emprendiendo en todo tipo de actividades. La mujer ha dicho aquí estoy y si no hay trabajo me lo busco, me lo organizó y para adelante. Es un punto que las tenemos que dar, porque hay muchas que lo están dando todo para sacar sus negocios adelante.
¿El acceso a la financiación sigue siendo un problema?
Eso depende de las circunstancias. Desde Fademur Castilla y León llevamos el tema del emprendimiento con el programa Rural Activity, y es verdad que cuando contactamos con ellas, el problema más grande que tienen es el económico. Al final hay veces que decepciona, porque salen muchas ayudas y no todo el mundo puede acceder a ellas, principalmente cuando empiezas y te piden tanta burocracia.
Medidas como la titularidad compartida han conseguido pocos avances, ¿qué cree que podría mejorarse para atraer a más mujeres a acogerse a esta figura?
Para empezar deben querer las dos partes, no se puede nadie meter en la vida de cada familia. Pero lo que está claro es que por ejemplo en León, que ha modernizado, ha reconcentrado y tiene una infraestructura super avanzada, es donde más titularidad compartida hay. O sea que algo tendrá que ver el modernizar e invertir en agricultura. Además, que si hay incentivos es más fácil. Aunque es cierto que muchas veces también hay muchísima burocracia.
¿Cómo se vive la desigualdad de género en el medio rural?
Bueno pues sufriéndola, poco a poco avanzando y dando muchos talleres de igualdad. Nosotros tenemos un programa en Castilla y León que se llama 'De Igual a iguales' que impartimos en institutos y colegios, que es desde donde creemos que hay que empezar para que en las siguientes generaciones no haya que estar hablando de igualdad, sino que hayamos llegado a conseguir igualdad total. Eso sería un logro fantástico, y si además hay ayudas para que se dé más formación, pues mejor, e incluso en las empresas. Estamos trabajando todo los sectores para que llegue un día en que esto quede erradicado.