Con el acto de compraventa de la sociedad Quinta Real se ponía ante los focos el martes 18 de abril José Aguinaga Cárdenas, miembro de una familia vasca de profundo arraigo emprendedor, dentro de la automoción y el sector inmobiliario. Su primer apellido ha amplificado el impacto público de los planes de desarrollo de Quitapesares, en Palazuelos, con 100 hectáreas de su titularidad. No en vano, en el historial familiar destacan hitos que van desde la apertura en Vizcaya de uno de los primeros concesionarios Mercedes-Benz de España (1945), con un ambicioso museo homenaje a la marca alemana inaugurado en 2018, pasando por una antigua etapa como propietarios de la compañía de transporte urbano de Bilbao, hasta su participación en FCC, Metrovacesa o Cementos Portland, de cuyos consejos de administración salió en 2014.
Así ha bastado unir 'Aguinaga' a los planes desarrollo urbanístico de Quitapesares para que estos hayan cogido vuelo mediático antes incluso de terminar de cobrar forma sobre papel. Hoy por hoy está confirmada la intención de levantar un complejo inmobiliario de 400 viviendas, terminar el hotel que quedó a medio construir y un centro de negocios, si bien las iniciativas en estudio que pueden distinguir este proyecto, de las cuales viene dando cuenta El Día de Segovia desde enero, ciertamente prometen llamar la atención. Destaca un centro de alto rendimiento deportivo, tanteos a IE University (de cuya fundación es donante) de cara a la posibilidad de que tenga allí un campus deportivo, dotaciones culturales, comerciales… Todo ello, en el marco de un master plan en ciernes para el que la familia Aguinaga ha contratado al prestigioso arquitecto Rafael de la Hoz, autor de más de medio millar de proyectos en una veintena de países, tales como el nuevo centro residencial y de negocios de Bucarest (coronado con el mayor rascacielos de la ciudad como sede de la petrolera rumana Rompetrol), planes de nuevos desarrollos en la bahía de Baréin, el Argarve portugués, Estambul, China o Cuba, además de las sedes corporativas de multinacionales españolas como Endesa, Repsol y Telefónica, o la reforma del hotel de lujo más icónico de Madrid, el Ritz. A la espera de que se presente el master plan, De la Hoz ya firma la recreación informática que ilustra estas líneas.
VÍNCULO CLAVE CON LA GRANJA. José Aguinaga Cárdenas lleva más de 30 años vinculado a La Granja, donde reside por temporadas, y a tales lazos atribuye su apuesta por el desarrollo de este entorno. Pero ha preferido mantenerse en un segundo plano hasta dar un paso al frente con la firma ante notario del traspaso de Quinta Real en el Palacio Provincial; con ello contaba, obviamente. Sólo fueron unos minutos, pero inmortalizados en las imágenes que difundió la Diputación para cumplir con el deber de transparencia que exigía el traspaso a manos privadas de cientos de miles de metros cuadrados de suelo público; y con su nombre completo plasmado en el comunicado de prensa, junto al cargo de «apoderado de la empresa Madaria HC Real Estate». Una sociedad cuya denominación dice poco a no iniciados, aunque sea la matriz de La Farm, cada vez menos desconocida a escala local por las múltiples inversiones que la familia Aguinaga acomete en San Ildefonso bajo esta 'marca' desde hace dos años, con la compra de edificios céntricos para apartamentos (actualmente en obras), el antiguo hotel San Luis (ya reabierto como Hotel La Farm) o la iglesia de Santa Isabel (La Farm Studio, en fase de reconversión en centro de eventos, conciertos y exposiciones), además de un centro de bienestar físico y mental, otro de belleza, excursiones al aire libre… Así ha ido generando actividad económica propia y también ajena, al fomentar decenas de empleos directos y una red de negocios proveedores y colaboradores, prácticamente todos locales o de proximidad, que no deja de crecer.
José Aguinaga estrecha la mano del presidente de la Diputación, Miguel Ángel de Vicente, en el acto de traspaso de Quinta Real, en presencia de la presidenta de la Cámara, María José Tapia, que ostentaba una parte minoritaria de acciones..LA FARM. La cara visible de La Farm es Francesca Garrigues Aldrich, tal y como señalaba El Día en enero de 2022, cuando informó de sus primeras operaciones en La Granja, y también apunta a serlo para el negocio de Madaria en Quitapesares. Por algo La Farm, como filial de Madaria, es la sociedad a través de la que se va a desarrollar el futuro complejo inmobiliario: 400 viviendas singulares con diferentes tipologías, un centro de negocios y un hotel de 96 habitaciones, además de zonas comerciales y otras infraestructuras en estudio como las antes citadas. Sin olvidar que todo se levantará en torno a las 60 hectáreas que ya ocupa el campo de golf de La Faisanera, también adquirido por los Aguinaga con el paquete de acciones de Quinta Real; y que allí estará además el palacio de congresos que la Diputación espera acabar en 2024.
La familia Aguinaga estima la inversión global en 150 millones; las previsiones de ventas, en 300; y en apenas dos años espera poner en marcha un desarrollo que además aspira a atraer población de fuera de la provincia promocionándose como una extensión residencial de Madrid, con la ventaja de una mayor calidad de vida que en la capital y precios más competitivos sin renunciar a altas calidades, nuevas tendencias inmobiliarias de eficiencia bioclimática o sostenibilidad y sin dejar de estar prácticamente a media hora de Chamartín. De hecho, los Aguinaga cuentan con que su proyecto traccione la ejecución del vial de conexión de Palazuelos con la estación del AVE, anunciado en 2013 por la Diputación y dispuesta a retomarlo el próximo mandato, según su presidente, Miguel Ángel de Vicente, que también baraja acabar el palacio de congresos de La Faisanera con cuatro de los 11,6 millones que ha ingresado por la venta de Quinta Real. Falta, eso sí, que todo coja forma y color más allá del papel.