Por desgracia a casi nadie le sorprende ya descubrir vertidos en un río. Desde coches hasta bancos, sillas o cazuelas se han encontrado en cauces de diferentes partes de España. En Segovia, casi un año permaneció un coche en el río Eresma, en el paraje de Las Arenas, hasta que el Ayuntamiento -a través de su empresa concesionaria del servicio de basuras- lo retiró en septiembre de 2018. Ahora de nuevo el Eresma sufre el incivismo de algunos.
A su paso por debajo de uno de los puentes de la Circunvalación (la SG-20) y a lo largo de 300 metros cauce abajo, el río se encuentra repleto de materiales de construcción que alguien ha abandonado allí. Tablas y ferrallas principalmente que contaminan y afean uno de los caudales más relevantes de la provincia de Segovia. Según un aficionado a la pesca que se ha puesto en contacto con El Día de Segovia, esos residuos llevan en este lugar al menos tres años.
En julio de 2020, el entonces ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, inauguró la conversión en autovía de la SG-20, una demanda histórica de la sociedad segoviana desde la construcción de esta carretera en 2001. Los responsables dividieron la obra en dos tramos. Solo uno de ellos incluye ocho pasos inferiores, cuatro pasos superiores y cuatro viaductos. Entre estos últimos, el nuevo viaducto paralelo al de la calzada que ya existía, construido para permitir el paso sobre el río Eresma. Se trata de una estructura «singular tipo arco inferior» -según remarcó el Ministerio en su inauguración- con una luz principal de 99,50 metros. Debajo están los citados residuos de construcción.
Desde el pasado 9 de marzo, el Ministerio se encuentra inmerso en la sustitución los pretiles de más de quince años de antigüedad de la SG-20. Pero en este caso los trabajos afectan a la zona más próxima a la A-601 (Autovía de Pinares) y al término municipal de San Cristóbal de Segovia y no parecen estar vinculados con los residuos objeto de este reportaje.
Consultada por esta redacción, la Concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Segovia justifica no haber intervenido. «El Ayuntamiento, fuera del casco urbano, no tiene obligación de mantener el cauce. Hay alguna parcela municipal cerca, pero no nos afecta. Si los restos están en el cauce, es cosa de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD). Deberían haber ejercido su responsabilidad en su momento», señalan fuentes de este departamento. Tras recibir la llamada de El Día de Segovia, la CHD asegura que se ha puesto en contacto con la empresa responsable de los residuos de construcción y que esta ha adquirido el compromiso de retirarlos.
Recientemente el Eresma ha sufrido nuevas agresiones. El pasado 24 de febrero el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil abrió una investigación por un vertido de color rojizo -al parecer sangre- en el río a su paso por Segovia, y unos meses antes al menos durante tres días se produjeron vertidos de aguas fecales al Eresma como consecuencia de la obstrucción de un colector por la acumulación de residuos como toallitas, compresas, blister de medicamentos e incluso cientos de pelotas de tenis y pádel.
Alcaldes de varios pueblos de la provincia de Segovia exigieron el pasado mes de diciembre más labores de limpieza de ríos y arroyos. En esas fechas, las lluvias provocaron desbordamientos de ríos. La CHD, organismo autónomo adscrito al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, ha asegurado que ha destinado 1,7 millones de euros durante los dos últimos años a actuaciones de conservación y mejora de 37 kilómetros de cauces en la provincia de Segovia, dentro de la Estrategia Nacional de Restauración de los Ríos. En concreto, el organismo actuó en los ríos Eresma, Voltoya, Pirón, Riaza, Cega, Adaja, Duratón y Ciguiñuela a su paso por dieciséis municipios de la provincia de Segovia con el objetivo de mejorar la dinámica fluvial como mecanismo de protección frente a avenidas. Asimismo, dentro de las actuaciones de mantenimiento y mejora de las condiciones hidrológicas de cauces, ha intervenido también en el arroyo de la Hoz en Segovia.
Los trabajos han consistido, de manera general, en la eliminación de tapones, eliminación de arbolado con peligro de caídas, acondicionamiento de los márgenes, y trabajos de mejora y adecuación hidráulica-ambiental en varias estaciones de aforo (Riaza, Languilla, Aguilafuente, Coca, El Espinar). Asimismo, se han retirado un total de 2,9 toneladas de residuos.