Fútbol de recreo

Nacho Sáez
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El profesor segoviano Javier Gómez impulsa una competición de chapas en el colegio donde da clase para ofrecer otra alternativa de ocio a los alumnos y ayudar a que no se pierdan los juegos populares.

Javier Gómez, junto a uno de los campos que han construido para disputar el torneo.

Si cierra los ojos Javier Gómez aún se ve en el parque junto a la antigua cárcel disputando con sus amigos un particular Tour de Francia de chapas. Chapas decoradas con el maillot amarillo, el de líder de la montaña… A esos recuerdos felices ha querido regresar ahora de alguna manera con una iniciativa en su trabajo con la que quiere contribuir a que no se pierdan los juegos populares. Un año de baja por dos operaciones de cirugía a las que se tuvo que someter y los ánimos de su hermano le dieron el empujón definitivo para llevar a cabo la idea. 

Se trata de una competición de fútbol de chapas entre los alumnos del colegio Claret de Madrid, donde es tutor de sexto de Primaria y profesor de Educación Física.  Este curso han participado quinto y sexto de Primaria, pero el objetivo es extenderla al resto de clases. «Porque es un proyecto de centro», subraya Gómez, que ha contado con la inestimable colaboración de un compañero de mantenimiento del colegio, Javier Beltrán, que se encargó de construir algunos de los campos en los juegan.

Ya tienen 26, algunos pintados en el suelo del patio y otros construidos con materiales reciclados. «Y las líneas de los campos las han pintado al principio con tizas y luego con sprays. Ha servido para concienciar un poco más a los chicos sobre el tema del reciclaje, para promover los juegos populares y para que sean creativos», destaca Gómez, que incluso ha redactado un reglamento. Ya han celebrado las finales de una competición en la que han participado más de 130 niños. Cada uno ha tenido su equipo, que ha podido recrear futbolistas reales pero no representar a clubes: «Algunos lo que han hecho es hacer guiños a su equipo de fútbol. Uno, por ejemplo, se llamaba Hala Madrid.

Uno de los participantes hace una jugada en un partido.Uno de los participantes hace una jugada en un partido.

Un bar de Madrid y otro de Segovia les regalaron las chapas, que después los estudiantes se tenían que encargar de decorar colocando en la parte hueca de la chapa un papel dibujado que simula ser la camiseta. Como toda la vida. «Algunos trajeron pelotitas pequeñas, pero vimos que lo que mejor se adaptaba como balón eran los garbanzos», continúa Gómez, que diseñó un campeonato con fase de grupos y eliminatorias. «Estuve hablando con mi hermano si lo hacíamos a tres toques y al final decidí que cada jugador diera un toque para que estuvieran más activos. Luego hay que decir que no hay árbitro. Ha ido bastante bien, salvo alguna situación que hemos tenido que debatir. Sí que hemos tenido que usar el VAR en los penaltis por si el garbanzo no entraba o la chapa se metía dentro de la portería. Para que haya un gol hay que avisar que se tira a puerta, una vez pasas del medio campo, para que el oponente ponga al portero. Si tiras, metes y la chapa con la que has tirado sale fuera del campo o se mete en la portería, no vale».

Hasta 'Marca.com' se ha hecho eco de la singular competición ideada por este profesor segoviano. «Creo que es una muy buena manera de incentivar los juegos populares, que desafortunadamente muchos de ellos se van perdiendo. Yo soy del Cristo del Mercado y la gente antes jugaba a la tanga en verano, al chito y a la calva, y ahora paso con mi sobrino y cada vez se juega menos», lamenta. También remarca el componente social de su 'futbolchapas', que así ha bautizado la competición: «Es una buena oportunidad para jugar con otros niños que a lo mejor en los patios no coinciden tanto por tema afinidad o por tema de clases. Y bueno, es una buena manera de juntarse con otras personas y poder jugar y socializarse con ellos. Es cierto que es un juego más táctico y a lo mejor mental para cómo tomar decisiones que activo, porque no tiene tanto movimiento como otros juegos o deportes, pero es una buena propuesta».

En la web https://javigg5.wixsite.com/website-6 está toda la información y decenas de fotografías y vídeos de las porterías, los equipos, los campos, los tipos de disparo, los resultados... «El compromiso ha sido bastante alto. A alguno se le olvidaban las chapas, pero ha ocurrido pocas veces. Lo que más les ha gustado a los alumnos es la motivación que se les ha ofrecido. Se les ha expuesto un proyecto en el cual ellos pueden participar de manera voluntaria –nadie les ha obligado– y ahora que vienen las eliminatorias más importantes, todos tienen ese miedo a perder o la alegría de pasar a otra ronda. Están ilusionados y han disfrutado del proceso. También les sirve para aprender a gestionar que no siempre se llega hasta la final, pero que tienen que estar orgullosos de haber llegado a la ruta o simplemente de haber participado en el proyecto», resume Gómez, que cree que tendrá continuidad: «La dirección del colegio considera que es una muy buena oportunidad de activar los patios. No exigiendo pero sí dando la oportunidad a los niños de aprender juegos populares u otras cosas.

Terrenos de juego que han pintado en el patio del colegio.
Terrenos de juego que han pintado en el patio del colegio.

En la era de los teléfonos móviles y todo lo digital, este  profesor segoviano invita a aunar fuerzas para impulsar iniciativas como la suya. «Aunque en el colegio está prohibido que utilicen los teléfonos móviles, los chicos están condicionados por ellos. «Sería una gran alegría que otros colegios, campamentos o incluso los ayuntamientos o por medio de otras colegios se unieran para promover un torneo entre todos. Que los niños lo conozcan por lo menos y tengan la oportunidad de disfrutar de ello, ya sea temporalmente o durante más tiempo. Cada juego tiene su etapa muchas veces, pero sí que sería positivo que los niños de hoy lo pudieran transmitir a la larga otras generaciones. Si ellos lo desconocen, todo esto se acabará perdiendo», zanja Gómez.