El duro discurso y los continuos abusos del expresidente Jair Bolsonaro contra el sistema electoral y la democracia en la campaña para los comicios de 2022 le valieron la semana pasada sus derechos políticos, suspendidos durante ocho años por la Justicia. O, lo que es lo mismo, no podrá ver cumplido su deseo de intentar arrebatarle el poder al progresista Luiz Inácio Lula da Silva en las presidenciales de 2026, dejando huérfana a la ultraderecha brasileña. ¿Y ahora qué?

Desde su esposa, Michele Bolsonaro, y su exministro y actual gobernador de Sao Paulo, Tarcisio de Freitas, hasta algunas caras conocidas de la centroderecha que siempre fueron sus aliadas. La carrera por heredar su caudal político ya ha comenzado, mientras surgen las dudas sobre si es posible un bolsonarismo sin Bolsonaro.

Y es que su liderazgo, tras recibir el voto del 49 por ciento de los brasileños en las elecciones de octubre, es indiscutible. Es más, el propio exjefe de Estado dejó claro en las declaraciones que concedió tras ser inhabilitado políticamente que no está muerto; que seguirá activo y que cualquiera que quiera aspirar a la Presidencia por las fuerzas conservadoras tendrá que recibir su apoyo. «A partir de ahora soy un apoyo electoral de lujo», sentenció.

La misma opinión la expresó Valdemar Costa Neto, el presidente del Partido Liberal (PL), formación liderada por Bolsonaro, y quien afirmó que, pese a haber sido declarado inelegible por ocho años, se convirtió en «el mayor elector de Brasil». 

Lo cierto es que todo apunta a que el mediático dirigente ya tiene plan: su esposa. «Estoy a sus órdenes mi capitán. Nuestro sueño sigue más vivo que nunca», señaló en un mensaje en sus redes sociales, Michele, que comenzó una carrera política este año, cuenta con el apoyo del PL y es considerada como una fuerte candidata a suceder a su marido por sus firmes posiciones conservadoras y religiosas.

De hecho, el Partido Laboral viene invirtiendo en la imagen de la ex primera dama, a la que convirtió en estrella de sus campañas para atraer el electorado femenino, pese a que su falta de experiencia podría perjudicarla.

No es la única opción que se baraja sobre la mesa para encontrar el delfín de la ultraderecha. También el gobernador de Sao Paulo, que fue ministro de Infraestructura durante el Gobierno de Bolsonaro y un importante aliado del capitán de la reserva del Ejército, se coloca entre los favoritos.

«El liderazgo del presidente Bolsonaro como representante de la derecha brasileña es incuestionable y perdura. Decenas de millones de brasileños cuentan con su voz. Seguimos juntos, presidente», afirmó De Freitas, en otro mensaje de solidaridad hacia su antiguo jefe.

El responsable del estado más poblado de Brasil, cuya gestión cuenta con una elevada aprobación, representa a Republicanos, partido vinculado a las influyentes iglesias evangélicas, pero ya ha recibido invitaciones para inscribirse al PL de Bolsonaro. De Freitas tiene la ventaja de, por ser menos radical, agradar tanto a la derecha como a las mayoritarias fuerzas de centro, que actualmente apoyan el Ejecutivo de Lula, pero que ya respaldaron al líder conservador.

Otro gobernador que figura en la lista de posibles sucesores es el de Minas Gerais, Romeu Zema, reelegido en 2022 con amplio apoyo en el segundo estado más poblado del país. Cuenta con elevados índices de aprobación y es el principal dirigente de Novo, el partido insigne de los liberales. Zema, que apoyó a Bolsonaro en la segunda vuelta de las presidenciales, también ha dado pasos de acercamiento al PL.

Igualmente, son señalados como posibles herederos en caso de que consigan su aval la exministra de Agricultura y actual senadora Tereza Cristina, representante de los también influyentes y conservadores propietarios rurales, y el exministro de la Presidencia y actual diputado Ciro Nogueira, importante líder de la centroderecha.

Desgastar la imagen

Dirigentes del Partido de los Trabajadores (PT) de Lula reconocen que, incluso declarado inelegible, el exmandatario puede movilizar a sus millones de electores a favor de otro candidato y convertirse en protagonista de los comicios de 2026.

Por ese motivo, su objetivo es seguir desgastando su imagen y evitar que se presente como una víctima de una persecución. «La inhabilitación fue solo el comienzo», afirmó el ministro de Relaciones Institucionales, Alexandre Padilha, al referirse a los otros 16 procesos que enfrenta en la Justicia por supuestas irregularidades o crímenes en su mandato.