Si algo positivo ha traído la pandemia sanitari a por la Covid-19 en el ámbito laboral es el teletrabajo.  La facilidad de poder trabajar desde el lugar  que uno desee es una gran ventaja para los trabajadores gracias a una mayor posibilidad de conciliación, una mayor flexibilidad o un ahorro en tiempo y dinero al no tener que acudir a la oficina. Es por ello que cada vez se fomenta más esta forma de empleo, también positiva para el medio rural ya que promueve que los trabajadores puedan volver a los pueblos, desde donde pueden trabajar a distancia.

El Grupo de Acción Local Segovia Sur ha visto aquí una oportunidad que no ha querido dejar pasar con el fin de atraer población a la provincia, por lo que ha llevado a cabo la idea de crear una red de espacios de coworking (espacios de trabajo compartido) en la zona de la Sierra de Guadarrama, un proyecto pionero en la provincia de Segovia. Concretamente, se están habilitando cinco locales en Arcones, El Espinar, Navafría, Tizneros y Valsaín, en espacios cedidos por los respectivos ayuntamientos.

«Desde el grupo consideramos que hay espacios que eran adecuados para crear una red de espacios de trabajo donde la gente pueda teletrabajar fuera de sus casas y compartir experiencias, creaciones, ideas, etc», revela María José Gil, gerente del grupo de acción local.

La iniciativa, que busca «crear espacios de cocreación, retener el talento y atraer a profesionales» con el objetivo de satisfacer la creciente demanda de emprendedores, trabajadores en remoto y startups que buscan un lugar de trabajo flexible así como hacer de los pueblos «lugares para vivir, trabajar, compartir, crear y disfrutar  en un entorno privilegiado en pleno corazón de la Sierra», se está llevando a cabo en colaboración con los respectivos consistorios. «Desde Segovia Sur hemos lanzado la idea, hemos creado los espacios y hemos llevado a cabo la campaña de marketing con presupuesto del programa LEADER,  mientras que desde los ayuntamientos que quieren formar parte de esta red han ofrecido los espacios y han llevado a cabo el acondicionamiento de los mismos», apunta Gil.

Espacios. Estas infraestructuras, destinadas al teletrabajo, deben tener unas determinadas características. «Son espacios públicos que no pueden ser compartidos, se destinan únicamente al coworking», señala Gil. Además, deben tener «conexión a internet de máxima velocidad, buena cobertura móvil, accesibilidad, ser un local climatizado, tener espacios amplios donde poder instalar también espacios de descanso o salas de reunión, etc».

El coworking de Arcones se encuentra en las antiguas escuelas y cuenta con 250 metros cuadrados que dan cabida a distintas estancias: la zona de trabajo que puede albergar hasta seis personas, una sala de reuniones y formación y un rincón de descanso.

En El Espinar, el espacio ofrece 15 puestos de trabajo además de zonas comunes en un local de 350 metros cuadrados.El espacio de Navafría podrá albergar a siete trabajadores en un local ubicado junto a la iglesia de la localidad, mientras que el de Valsaín está emplazado en el Centro de Formación de Valsaín con una sala de trabajo que acogerá ocho puestos de trabajo.

En último lugar, el coworking de Tizneros está ubicado en el Edificio de Usos Múltiples, tiene una superficie de 150 metros cuadrados que pueden albergar a diez trabajadores. Según la gerente del Grupo de Acción Local, la apertura del local de Tizneros «será inminente», mientras que el resto aún se encuentran en construcción.

Todos cuentan con un sistema de apertura inteligente, mediante el cual se proporciona un código a cada uno de los trabajadores que quieran utilizar este espacio a cambio de una tasa. «El precio no tiene un fin lucrativo, ni siquiera es para autofinanciar los espacios sino que es para pagar únicamente los gastos que se deriven de su uso», apunta Gil.

Aunque estos cinco son los que ya están en marcha, no se cierran las puertas a otras localidades que cumplan las condiciones y quieran formar parte de la red.