Monseñor Franco: "Estoy a disposición de lo que el Papa diga"

M.G.
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El obispo de Segovia asegura que asume su renuncia a la diócesis "con tranquilidad", y mantendrá su agenda de trabajo hasta que se designe a su sustituto

El obispo, junto al Nacimiento instalado en la Casa de Espiritualidad. - Foto: DS

El obispo de Segovia ha asegurado hoy que ha asumido su renuncia a la sede diocesana al cumplir 75 años "con tranquilidad y sin problemas", y aunque no ha desvelado detalles sobre el futuro ni sobre su posible sucesor, aseguró estar "a disposición de lo que el Papa diga" si Francisco decidiera prorrogar su mandato como ya ha habido casos en otras diócesis.

Monseñor Franco celebró ayer su tradicional encuentro navideño con los medios de comunicación en el que el prelado diocesano hizo balance de la actividad de la diócesis durante el presente año; en la que destacó como hitos más singulares la creciente participación de los seglares en la actividad organizativa de la diócesis, la incorporación de dos nuevos seminaristas o la celebración del centenario de la coronación de la Virgen de la Aparecida en Valverde del Majano.

El obispo confirmó que ya ha enviado su carta de renuncia al Nuncio Apostólico de Su Santidad, tal y como estipula el Código de Derecho Canónico, hecho que llevó a cabo "con tranquilidad y sin problemas", y aseguró que mantendrá su agenda de trabajo hasta que se designe a su sucesor, donde entonces pasará a ser administrador apostólico hasta la toma de posesión del nuevo prelado, y desde esa fecha, será obispo emérito de Segovia.

César Franco aseguró que los problemas de salud que tuvo en 2019 - donde tuvo que ser intervenido quirúrgicamente por una grave dolencia gástrica – le llevaron a plantearse presentar su renuncia antes de la edad reglamentaria, pero tras consultar a los médicos, decidió continuar al no tener una prescripción facultativa que desaconsejara seguir al frente de la diócesis.

"A fecha de hoy me encuentro bien de salud, aunque me tienen que operar de cataratas – explicó el obispo, y estoy a disposición de lo que el Papa diga".

Sin dar pistas sobre su posible relevo, indicó que su sucesor deberá afrontar los problemas de una diócesis lastrada por la falta de vocaciones y e envejecimiento del clero y que "deberá adaptar sus estructuras a la realidad que vive", así como abordar de forma decidida el apoyo a la familia y la secularización de la sociedad".

El obispo se refirió también a la situación política y social de España, y reitero la preocupación expresada ya por la Conferencia Episcopal sobre "la amenaza a la separación de poderes y al estado de Derecho" que en su opinión derivan de las decisiones adoptadas por el Gobierno de Pedro Sánchez, y aseguró que los obispos "tenemos la obligación moral de denunciar aquellos asuntos que nos preocupan, pero no vamos a ir en contra de un gobierno legalmente establecido".