En busca de las letras perdidas

Cristina Sancho
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La cuellarana Carmen Gómez Sacristán apela a la colaboración de los vecinos para recuperar obras incompletas de Alfonsa de la Torre

Carmen Gómez Sacristán. - Foto: CS

La relación entre la poetisa cuellarana Alfonsa de la Torre y la convecina encargada de rescatar su memoria literaria, Carmen Gómez Sacristán sigue siendo una caja de sorpresas.  ¿Se imaginan abrir la puerta de su casa y encontrarse una caja llena de manuscritos de la poeta, justo el mismo día del 30 aniversario de su fallecimiento? Pues eso le ocurrió a quien desde hace años quedó prendida por la obra y vicisitudes de la poetisa cuellarana y que sigue en su empeño de dar a conocer su obra inédita. Estos días ha viajado a Lorca y a Murcia y también ha presentado en Cuéllar su último trabajo del que es coautora junto a José Luis Molina, 'Poesía, Intimidad y Exilio en Alfonsa de la Torre, Josefina Romo y Diana Ramírez'.

Estas tres mujeres tienen en común su amistad, su desarrollo literario en torno a la poesía y cómo cada una de las tres vivió sus particulares exilios y se comunicaban entre sí a través de correspondencia. Parte de esa correspondencia inédita se recoge en el libro; pero este trabajo es la continuidad de todo lo que envuelve a la obra de Alfonsa desde que Gómez se empeñó en recuperar su obra y poner a la autora en el lugar que debió de estar.
Ahora se abre una nueva etapa no solo por su reciente jubilación sino por lo que acaba de caer en sus manos el pasado 19 de abril. «No se qué auras hay ahí, pero nuestra cuellarana parece que no quiere permanecer más en el anonimato y quiere que se vayan viendo cosas que por distintos motivos a lo largo de su vida ella no llegó a publicar. El premonitorio 19 de abril, fecha del30 aniversario del fallecimiento de Alfonsa, llegó a mi casa una ingente cantidad de inéditos de la poeta. Pero tenemos un problema porque algunos están incompletos», relata Carmen Gómez.

Entre esos trabajos que han caído en sus manos se ha encontrado con cuentos, relatos, poemarios, lo que parecen ser antologías… Uno de esos cuentos ya se publicó y lleva por título 'Celdas para aparcar azucenas azules' y ahora ha llegado hasta la estudiosa de la obra de Alfonsa de la Torre otro cuento, también completo, titulado 'La nochebuena de las hormigas'.

Menos suerte ha tenido con un tercero que se llama 'Atardecer en Zamarra'. «Ella lo llama cuento, pero parece más una novela. Tiene entre 30 o 40 páginas. Puedo volver a publicar estos dos cuentos, pero uno está incompleto y en algún sitio tiene que estar la parte final que falta. No se cuantas páginas faltarían», comenta.
También le ocurre lo mismo con algunos relatos. Carmen Gómez se refiere a un manuscrito que califica de «maravilloso» sobre Carolina Colorado. «Esta una de sus pasiones, pero también está incompleto. En este caso lo podría completar gracias a la tesis que la propia Alfonsa realizó sobre ella en la época intermedia de la vida de Carolina en Portugal y tengo la parte final. Se podría completar con la información que tengo, pero sería maravilloso si aparecieran las páginas iniciales que faltan», señala. A sus manos también han llegado dos poemarios, uno de ellos completo y que se titula 'Los Lekytos de la Adolescente en el Laberinto'. También tiene otra obra que se llama 'Memento Andrómeda'. «Era una de las obras de las que hablaba en sus cartas.

También lo he recuperado, pero le faltan unas 60 páginas iniciales. Es una especie de antología y a partir de la página 60, encontramos un poemario maravilloso, extenso que culmina con varias obras que ya publicó, por lo que entiendo que es una antología», comenta.
Para Gómez, meterse en la poesía de Alfonsa de la Torre es una investigación constante y se muestra sorprendida de todo lo que está aprendiendo e investigando, también gracias a Internet, y se pregunta cómo ella era capaz de exponer todo lo que recoge en sus libros.

En el caso de recuperar 'Los Lekytos de la Adolescente en el Laberinto' es consciente de que se trata de copias muy antiguas y que upara poder publicarlo sería necesario darle un toque de modernidad a las imágenes que aporta en el poemario.
Esta es una pequeña muestra de los trabajos de Alfonsa de la Torre que han llegado a sus manos. Hay otros que están completos, pero además de los señalados también hay más a los que les faltan algunas páginas. Por este motivo apela a la colaboración vecinal con el único objetivo de dar a conocer y poder publicar y divulgar la obra de Alfonsa de la Torre que ha llegado a sus manos. «Yo se que en Cuéllar hay personas que hicieron mal entre comillas entrando en esa casa a sustraer documentos. A mi no me importan los muebles o las joyas, yo solo quiero recuperar el tema literario» afirma.

«Se que hay personas que por vergüenza o por otras circunstancias no quieren cederlo, pero sería contribuir a completar la antología inédita de Alfonsa que es lo único que quiero recuperar», insiste.
Por ello garantiza su total discreción, como ha venido haciendo a lo largo de todos estos años con las personas que le han hecho llegar distintos materiales. «Ellos de alguna manera se sienten culpables de haber entrado en un lugar que les era ajeno y esta entrega de documentos sirve para lavar sus conciencias, porque contribuyen a salvar cosas que de otro modo no se volverían a tener», añade.
Con la presentación de esta última publicación sobre Alfonsa de la Torre, Gómez quiere hacer un llamamiento a todas aquellas personas que puedan tener documentos guardados en su s cajones que por separado no sirven para nada y que estaban en el suelo en la casa de la poeta desperdigados, pero que unidos a las obras que ahora están incompletas sirven a terminar el puzle que ahora tiene sobre la mesa. «Todos unidos hacemos más», reflexiona.

A lo largo de los años también llegaron a las manos de Gómez más de 500 cartas de correspondencia de Alfonsa de la Torre de las que ya tiene analizadas una muy buena parte y que permiten saber lo que llegó a escribir, y a publicar, pero es casi imposible conocerlo en su totalidad. La casa de la Charca, en Cuéllar, no fue el único lugar expoliado. Alfonsa de la Torre también vivió un tiempo en Portugal y allí dejó material que también entraron a robar. «La obra principal y de su época de mayor madurez la tenemos definida en las cartas, el tiempo en el que lo escribió y corrigió, está documentado de su puño y letra, pero es prácticamente imposible hablar de una recopilación total. No obstante, lo que tengo ahora es de una magnitud importante», apunta.

Entre los materiales que también faltarían por localizar se encuentra las cartas que Josefina Romo le escribía. La biografía de Alfonsa está incompleta sin esas cartas y serían muy esclarecedoras de lo que ella vivió a lo largo de 40 años. Lo que si ha aparecido también son otras cartas entre la poeta y un coetáneo, German Bleiberg, de la Generación del 36 con el que Alfonsa tuvo un cierto acercamiento amoroso.
«Hace un par de meses contactaron conmigo para ofrecerme 13 cartas de este poeta que alguien había encontrado entre unos archivadores en un mercadillo. Me pedía 3.000 euros por 13 cartas, y me negué. Hace mucho tiempo que llegue a la conclusión de que no debo mercadear con las cosas de Alfonsa porque todo lo que he obtenido hasta ahora ha sido de forma honesta y altruista», sentencia apelando al sentimiento de liberación que están sintiendo aquellos que la están entregando documentos que ahora sirven para recuperar la obra de la poeta y ponerla en el lugar donde ella no pudo.