¿Está amenazada la democracia? En opinión de Felipe González, sí. Los "valores de la convivencia están siendo amenazados" y también la figura del Rey y la labor del Poder Judicial. En su opinión, Pedro Sánchez está perdiendo "su legitimidad de ejercicio" al asumir los chantajes de los partidos independentistas.
El expresidente del Gobierno habló alto y claro en defensa de la Constitución en un acto celebrado en Madrid en memoria de Gregorio Peces-Barba, que fue presidente del Congreso y ponente constitucional. Otro de los ponentes de la Carta Magna, Miquel Roca Junyent, estaba entre los asistentes. Y junto a él la presidenta del Congreso, Francina Armengol, el del Senado, Pedro Rollán, y los magistrados Manuel Marchena, Pablo Llarena, Carlos Lesmes y los expresidentes del Tribunal Constitucional Pascual Sala, Pedro González Trevijano, Francisco Pérez de los Cobos, el magistrado del Alto Tribunal Enrique Arnaldo, varios fiscales de la Audiencia Nacional y del Supremo y una nutrida representación de exministros del PSOE y de la UCD.
Ante tan ilustre auditorio Felipe denunció el ataque "despiadado y brutal" de los separatistas a la Constitución calificando de "tonterías y barbaridades" lo que dijeron sobre el discurso que pronunció Felipe VI en la jura de la princesa Asturias. La Ley de amnistía no le parece "tolerable ni aceptable" y condenó los ataques insolentes e injustificados de los independentistas catalanes contra los jueces que instruyeron y juzgaron a los sediciosos en la causa del "procés" -algunos de ellos asistían al acto en la primera fila.
A la misma hora en la que denunciaba algunos de los males del momento, Junts registraba una enmienda a la proposición de Ley de Amnistía del PSOE para eliminar el párrafo que hasta ahora excluía de los beneficios de la futura ley a todos los encausados y condenados por delitos de terrorismo relacionados con el "procés" cuando hubiera sido dictada una sentencia firme.
Felipe González acepta con humor que algunos de sus compañeros de partido alineados con la deriva política de Pedro Sánchez le llamen "dinosaurio". Actos cívicos como este tienen un valor político indudable, aunque conocida la personalidad y los intereses de Pedro Sánchez abren las puertas a la melancolía. Pero son encomiables porque cuando Sánchez despierte, el dinosaurio seguirá allí proclamando verdades como puños.