Europa no le quiere

Diego Izco (SPC)
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El modelo del PSG, con unos 1.600 millones gastados en la última década, es castigado con fiereza cuando se asoma a la Champions

Europa no le quiere - Foto: RONALD WITTEK

El Paris Saint-Germain es un club con apenas medio siglo de historia, una quinta parte de ella ligada a QSI (Qatar Sports Investments) en la que ha invertido cerca de 1.600 millones de euros en una obsesión: ganar la Copa de Europa. Lo de la Liga es 'peccata minuta' para Nasser Al-Khelaifi, presidente y dueño 'de facto' del PSG desde su aterrizaje en 2011. Euro a euro, cheque a cheque, sigue intentando sin éxito subir a lo más alto del podio europeo… lo cual es una buena noticia para el fútbol 'tradicional': es la forma de hacer en Catar, pagar lo que haga falta para conseguir lo que haga falta (un Mundial, por ejemplo). Pero la Champions tiene otros códigos.  
El 2-0 de Múnich, unido al 0-1 de París, dejó de nuevo en la estacada el enésimo proyecto parisino hacia la 'Orejona'. Otra vez en octavos (sexta vez en los últimos ocho años), aunque la cronología de fiascos y amarguras del club de Al-Khelaifi con la Liga de Campeones arranca hace ya 11 años.

Cuatro cuartos

Las cuatro primeras incursiones fueron un cruel 'tanteo' de las posibilidades del PSG hacia la gloria. Futbolistas como Pastore, Verratti, Ibrahimovic, Lavezzi, Thiago Silva, Cavani o Lucas Moura llegaron al Parque de los Príncipes para poner los cimientos del gigante europeo en que pretendía convertirse un equipo que, hasta 2011, apenas había ganado dos Ligas (1986 y 1994), la Recopa de 1996 y la Intertoto de 2001.  
El primer intento (12/13) avisó a Al-Khelaifi que el 'gafe' continental no había hecho más que comenzar. Tras superar al Valencia en octavos, plantó cara al Barça en cuartos de final: 2-2 en París y tanto de Pastore (0-1) para abrir el telón en el Camp Nou. Messi igualó el choque… y la regla del gol de visitante dio las semifinales al cuadro español. El mismo destino que en 13/14, cuando después de doblegar al Chelsea en la ida (3-1), un gol de Demba Ba en el 89 (2-0) volvía a dejar al PSG con la miel de semifinales en los labios. Barça y City fueron los verdugos en cuartos las dos siguientes temporadas. 

De remontadas

Lo peor estaba por llegar, cuando en los octavos de la 16/17 el equipo -que había prescindido de Blanc para fichar a Unai Emery- realiza una exhibición brutal sobre el Barça (4-0) en París. Lo sucedido en el Camp Nou dos semanas después, con el 6-1 (gol de Sergi Roberto en el 95) y el demencial arbitraje de Aytekin es una espina que intentó quitarse con los 400 millones gastados al año siguiente en Neymar y Mbappé… pero de nuevo en octavos. El Real Madrid (3-1 y 1-2) impuso la ley de la vieja escuela en la Champions. Incluso el Manchester United en la 18/19 tumbó el sueño parisino apoyado en el recién estrenado VAR: después del 0-2 de Old Trafford todo parecía hecho, pero un penalti por manos de Kimpembe, transformado por Rashford, elevó el electrónico a un 1-3 que dejaba al PSG en la estacada de los 'malditos' octavos. 

Casi...

Rozó la gloria dos años consecutivos. En la 19/20, 'la Champions de la pandemia', alcanzó la final de la mano de Thomas Tuchel, y allí (en la 'burbuja' de Lisboa) se enfrentó al Bayern de Flick, que en cuartos había arrasado al Barça (2-8). La Liga de Campeones volvió a hacer un guiño cruel a París. El 1-0 que envió la Copa a Alemania fue obra de un canterano del PSG, Kingsley Coman. Las semifinales fueron la última parada del curso siguiente, ya con Pochettino: se cobraron revancha del Barça en octavos y del Bayern en cuartos, pero se encontraron un Manchester City muy superior. 
Estuvieron tan cerca que entendieron que fichando 'alma' (Ramos y Messi, cuatro Champions por cabeza) les daría el éxito, pero la vieja escuela destrozó los pronósticos:primero el Real Madrid (del 0-2 al 3-2 en apenas media hora del pasado curso) y el pasado miércoles el Bayern, dejándole con el marcador a cero en ambos duelos.