Un gobierno sin rostro

G. F. (SPC)
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Buena parte de los ministros de Pedro Sánchez son desconocidos para la mayoría de los españoles. El singular 'ranking' del anonimato lo lidera la titular de Ciencia e Innovación, a la que solo pone cara un 12 por ciento de los consultados

Un gobierno sin rostro - Foto: Gustavo Valiente Europa Press

«No lo conozco». «Ni idea». «No sé quién es». Estas son las respuestas más repetidas por muchos españoles cuando les preguntan si sabrían identificar a una parte importante de los ministros del Ejecutivo de Pedro Sánchez. El último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), publicado recientemente, revela un dato más que sorprendente: una media cercana al 80 por ciento ignora por completo quiénes gestionan carteras tan importantes como son las de Educación, Justicia, Ciencia, Transportes o incluso Exteriores, entre otras. 

Es más, hay nombres que, a pesar de salir prácticamente a diario en prensa y en los informativos de radio y televisión, son desconocidos (o casi) para la gran mayoría de la ciudadanía. Es el caso de la ministra portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, que es una extraña para más del 71 por ciento de los españoles. Y hay más casos llamativos. Un 75 por ciento de los encuestados en la consulta realizada por el CIS, asegura no saber quién es Pilar Alegría, la nueva ministra de Educación tras la última remodelación del Ejecutivo llevada a cabo por el presidente Pedro Sánchez en julio del año pasado y ahora uno de sus cargos de confianza.

Hace ahora algo más de un año, el líder socialista acometió una profunda reestructuración ministerial con el propósito de coger nuevo impulso tras la dura pandemia. 

La crisis de Gobierno trajo aparejada la salida de pesos pesados dentro del organigrama del PSOE como Carmen Calvo y José Luis Ábalos y la incorporación de figuras jóvenes y con experiencia en la política municipal. Pasados más de doce meses de esos cambios, todo apunta a que la apuesta para obtener un extra de fuelle no ha dado los frutos esperados. 

El último informe del CIS atestigua que apenas un 27 por ciento de los españoles conoce a los nuevos miembros del actual Gabinete. 

La ministra más desconocida, y con diferencia, es la titular de la cartera de Ciencia, Diana Morant. A la antigua alcaldesa de Gandía, que sustituyó en el cargo al mediático Pedro Duque (fue el primer astronauta español en viajar al espacio), únicamente aciertan a identificarla el 12,3 por ciento de los ciudadanos un año después de su entrada en el Ejecutivo. Y eso que este departamento fue presentado como una de las grandes apuestas de la etapa socialista para potenciar todo lo relacionado con el I+D+I en sectores estratégicos.

Morant, de hecho, tiene en sus manos el mayor presupuesto de la historia del Ministerio de Ciencia e Innovación con una partida de cerca de 3.300 millones de euros.

En este singular ranking del anonimato, Morant se da la mano con la responsable de Transportes, Raquel Sánchez, que solo es conocida por el 14,7 por ciento de la población española. 

Hasta cierto punto, resulta paradójico que una ministra a la que no identifican casi un 86 por ciento fuese la encargada de defender hace apenas dos semanas en el Congreso el decreto de medidas de ahorro energético impulsado por el Gabinete socialista.

Unos puntos por encima se coloca la ministra de Justicia, Pilar Llop, a la que le ponen cara y nombre y apellidos un 20,7 de los ciudadanos. Llama la atención que la expresidenta del Senado se vea superada incluso por el titular de la cartera de Universidades, el barcelonés Joan Subirats (reconocido por algo más de un 23 por ciento), a pesar de que forma parte del Ejecutivo desde hace algo más de seis meses.

Sorprende también que uno de los siete ministros que se incorporaron al Gobierno en julio de 2021 no haya conseguido granjearse un mayor renombre y un reconocimiento más amplio. Se trata del titular de Presidencia, Félix Bolaños. El nuevo hombre de confianza de Sánchez, encargado de alcanzar acuerdos con otros grupos políticos para sacar adelante las propuestas que más escollos presentan a priori, resulta familiar para el 56,1 por ciento de los ciudadanos.

Un porcentaje un tanto exiguo para quien coloquialmente es definido como súper Bolaños dentro de su propio partido tras convertirse en la piedra angular de esta segunda parte del mandato de Sánchez. 

El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, tampoco sale muy bien parado. Centro de todas las miradas a raíz de la crisis diplomática a tres bandas entre Argelia, Marruecos y España por el viraje en el Sáhara, el exembajador ha estado expuesto al foco mediático bastante más que muchos de sus compañeros, pero, sin embargo, lo identifica tan solo un 37,1 por ciento. 

En el lado opuesto destaca la ministra de Trabajo y vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, a la que ponen cara y reconocen, casi un 91,6 por ciento de los consultados. En un porcentaje casi idéntico (un 91,5 por ciento) se sitúa Irene Montero, la responsable de Igualdad. 

El escalafón de la popularidad lo completan el ministro de Consumo, Alberto Garzón (86,4 por ciento); el de Interior, Fernando Grande-Marlaska (85,9), la titular de Defensa, Margarita Robles (82,5, la de Economía, Nadia Calviño (75,7) y el de Cultura, Miquel Iceta (73,5).