Segovia registró 52 muertes atribuidas al calor en 2022

M.Galindo
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Un estudio señala que las personas mayores de 65 años ven más afectada su salud por las altas temperaturas

El termómetro alcanzó temperaturas de calor soficante. - Foto: M.G.

Tendrá que pasar el verano para poder realizar estudios comparativos con estíos anteriores, pero el de 2023 vuelve a evidenciar las cada vez más frecuentes olas de calor que se registran en esta época. Así, la meteorología ha hecho honor a la tradición que señala que por San Lorenzo se registran los días de más calor del año, y esta semana los segovianos han sudado la gota gorda y buscado refugio al fresco en terrazas, piscinas, alamedas y ríos.

El verano de este año sigue la tónica del de 2022, que fue el más caluroso jamás registrado en Europa y estuvo también caracterizado por una serie intensa de olas de calor que batieron récords de temperatura, sequía e incendios forestales. Si bien Eurostat, la oficina estadística europea, ya notificó un exceso de mortalidad inusualmente alto para esas fechas, hasta ahora no se había cuantificado la fracción de la mortalidad atribuible al calor.

Eso precisamente es lo que ha hecho un estudio liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación La Caixa, en colaboración con el Instituto Nacional de Investigación en Salud y Medicina de Francia (Inserm). El análisia, publicado en la revista Nature Medicine,  estima que entre el 30 de mayo y el 4 de septiembre de 2022 se produjeron más de 11.000 muertes atribuibles al calor en España, y 61.000 en Europa.

El equipo investigador obtuvo datos de temperatura y mortalidad para el periodo 2015-2022 en 823 regiones de 35 países europeos, cuya población total representa más de 543 millones de personas. Se usaron estos datos para estimar modelos epidemiológicos y predecir la mortalidad atribuible a las temperaturas para cada región y semana del periodo estival.

Entre los datos recogidos por los investigadores, se encuentran los correspondientes a Segovia, donde el estudio cuantifica un total de 52 muertes atribuibles a los episodios de calor registrados sobre todo durante el periodo que los meteorólogos  definen como 'canícula estival' que va desde el 15 de julio al 15 de agosto.

El estudio no pormenoriza las circunstancias de cada caso de fallecimiento, de manera que no se puede determinar si la mayoría de los decesos corresponden a los llamados 'golpes de calor' o bien si las altas temperaturas han agravado otro tipo de patologías con este resultado.

El análisis por edad y sexo que realiza el estudio muestra un incremento muy marcado de la mortalidad en los grupos de edad más avanzada, y sobre todo en las mujeres. Asimismo, señala que la mayor parte de los casos afectaron a los mayores de 65 años, población que suele ser más vulnerable a los efectos de las altas temperaturas.

En lo que respecta al análisis por sexos, los datos apuntan a que la mortalidad prematura atribuible al calor fue un 63% superior en mujeres que en hombres, Esta mayor vulnerabilidad de las mujeres al calor se observa en el conjunto de la población y, sobre todo, en mayores de 80 años, donde la tasa de mortalidad es un 27% superior a la de los hombres. En cambio, la tasa de mortalidad masculina es un 41% más elevada en menores de 65 años, y un 13% mayor entre los 65 y los 79 años.
 

Una semana sofocante. Aunque desde el jueves el mercurio de los termómetros comenzó a situar las temperaturas en niveles de calor más soportables, la segunda semana de agosto dejó para la historia el registro de las que serán a buen seguro las temperaturas más altas del verano en la provincia.

Los datos recogidos por Meteosegovia situaron ayer en 39,5 grados la máxima alcanzada el pasado miércoles 9 de agosto, en la capital, con una temperatura mínima de 20 grados por la noche que generaba problemas para conciliar el sueño a los segovianos.
En las calles, el calor enlentece la actividad ciudadana, y en las horas centrales del día sólo los turistas pasean por las calles buscando la sombra o pertrechados con gorras, sombreros y paraguas que en esta ocasión protegen del calor y no de la lluvia.

Las terrazas de los bares tratan de ofrecer alternativas más allá de los toldos para proteger del calor, y en algunos casos instalan sistemas de acondicionamiento basados en agua pulverizada que hacen un poco más cómoda la estancia, aunque no será hasta bien entrada la tarde cuando los ciudadanos busquen estos lugares para mitigar el calor de la jornada.

Piscinas y parques se llenaron de público para buscar el fresco en la sombra o con un baño refrescante en un verano que se ha consolidado con fuerza tras su dubitativo comienzo.