La nueva terraza de moda en Segovia

Nacho Sáez
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Tras un nombre con solera en la hostelería segoviana, Casa Seve, se esconde una de las grandes sorpresas gastronómicas de Segovia de los últimos meses.

Jessica Villablanca y Feras Rezek, el pasado 18 de agosto. - Foto: N. S.

Hay que tener un punto de curiosidad para descubrir que detrás del actual Casa Seve se encuentra un restaurante de comida siria. Su nombre alude al fundador originario de esta tasca que en los años 60 y 70 acogió inolvidables timbas de cartas, y su estética tampoco ha variado mucho. Conserva las icónicas rejas del comercio de toda la vida y también ha preservado su entrada de madera y su barra a la izquierda para dar cabida a un puñado de clientes. Sin embargo, está triunfando en lo que muchos se estrellaron antes: dar una nueva vida de esplendor a este emblemático bar del casco histórico.

Los responsables de su éxito son Feras Rezek, Jessica Villablanca, Majdala Rezek y Engi Alhana, una familia bien avenida que lo ha convertido en la terraza de moda este verano en Segovia. Desde que pocos días antes de las Fiestas de San Juan y San Pedro recibieron el permiso para instalar sus mesas y sillas en la Travesía de la Rubia, han vivido un progresivo crecimiento que en la actualidad se traduce en que, al caer la tarde, es casi imposible sentarse a tomar una cerveza o a cenar si el cliente no ha reservado con anterioridad.

"Estamos felices aunque un poco acelerados", reconoce Feras Rezek, el líder de una aventura gastronómica que arrancó el pasado otoño y que tuvo que convivir durante varios meses con los sinsabores de emprender un negocio hostelero desde cero: "Fue muy duro porque además lo compaginaba con otro trabajo". La resiliencia forma parte del carácter del pueblo sirio, sumido en una guerra civil desde 2011 y antes sometido a un estado de emergencia. Rezek se marchó en 2001. "Tenía 27 años así que cualquiera se puede imaginar lo que supuso para mí. Ahora toda mi familia está en Europa, pero echamos de menos nuestro país y nos duele la situación en la que se encuentra. Todo es muy caro, no hay servicios...", señala.

Repasa cómo han sido las dos últimas décadas de su vida mientras empiezan a afrontar el servicio de mediodía, que se prevé tranquilo por el calor. Dentro el espacio para tomar algo en la barra y el comedor de la planta superior son pequeños y no pierden la esperanza de poder sacarlos rentabilidad, pero la terraza constituye la piedra roseta de su negocio. "Si nos hubieran dejado ocupar toda la plaza [de Guevara] podríamos haber puesto 25 mesas, pero queremos ir incorporando cosas, como unas nuevas sombrillas que estamos mirando", revela Rezek, que no es un recién llegado a la hostelería.

Primo de los responsables del exitoso restaurante Tuma, también de cocina siria, ha trabajado en su sala y en las de Casa Macario, en La Lastrilla, además de en Madrid. "Queríamos crear algo que fuera nuestro. Lo que sabemos hacer es nuestra comida", remarca. Buscaron un local cerca de la Plaza Mayor, "cerca de la zona de marcha y que fuera pequeño": "Desde el principio tuvimos claro que queríamos darle un aire diferente y arriesgar pero también que lo pudiéramos llevar solo nosotros, es decir, que no fuera muy grande". Comparte este sueño con su mujer, Jessica Villablanca, su hermana, Majdala Rezek, y su sobrina, Engi Alhana, que dan forma a una propuesta gastronómica muy alejada del régimen establecido en el centro de Segovia.

Ensaladas fatoush, hummus, falafel, mutabal, musaka -también vegetariana-, maalube, shawarma kunafa… Su carta transporta a otro continente. "Para nosotros la cocina es algo más que comer. Es degustar, es disfrutar. Por ello recomendamos pedir platos para compartir y poder saborear así mejor su experiencia", explican, al tiempo que aseguran que quieren introducir novedades de manera regular: "Queremos que cada mes haya algo nuevo". La acogida que han tenido y su pasión por la hostelería les anima a intentarlo. "Nos sentimos muy bien, tenemos muchas amistades. La terraza nos ha dado un empujón y tenemos la esperanza de que dentro también funcione", remachan.

La musealización del foro romano que se encuentra bajo la plaza de Guevara, pendiente de ser acondicionado para que pueda ser visitable, puede suponer una piedra en su camino pero nada comparado con tener que escapar de un país en guerra. Y no desdeñan tampoco la opción de las plataformas de entrega de comida a domicilio, una ola a la que también se han subido.