¿Último test del bus eléctrico en Segovia?

D. A.
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Con el actual ya van seis ensayos con energías alternativas desde 2019, año en que se cerró la compra de 18 diésel para una flota que contará con cuatro eléctricos cofinanciados con fondos UE, pero no antes de finales de 2023 o ya en 2024

Modelo de autobús eléctrico que circula en pruebas actualmente en Segovia.

La empresa del servicio de transporte urbano de Segovia, Avanza, prueba en estos días un nuevo modelo de autobús eléctrico de última generación por las calles de la ciudad. Ya hizo un ensayo similar con otro en septiembre del año pasado, y desde 2019 ha testado en total hasta seis con tecnologías alternativas, incluyendo cuatro híbridos. ¿Pero cuándo se verá uno que no sea diésel completamente integrado en el servicio? Según confirman a El Día fuentes municipales, aunque hay cuatro eléctricos en trámites de adquisición, «en principio está prevista su recepción y testeo en el último trimestre de 2023, y a continuación su puesta en circulación». Es decir, que apuntan a arrancar a finales de ese año o incluso el próximo. 
El Ayuntamiento anunció en octubre de 2019 que, después de una sexta prueba que en un principio se había previsto para enero de 2021 (la suspensión temporal del servicio por la pandemia trastocó el programa), la concesionaria incorporaría uno 100% eléctrico. Claro que entonces no contaba con que pudiera presentarse la oportunidad de adquirir cuatro de una tacada con parte de la subvención de fondos europeos que le concedió el Gobierno central en febrero de este año, enmarcada en una convocatoria de ayudas de movilidad que, según sus bases, deben estar implementadas antes de 2025.

Es la convocatoria que ha propiciado una inyección de 3,4 millones de la UE para cofinanciar proyectos relacionados con la creación de la zona de bajas emisiones (ampliación del área de tráfico restringido al conjunto del casco histórico), la reurbanización del eje de Daoiz, los itinerarios ciclistas… y también para el inicio de la electrificación de la flota de los urbanos con dos iniciativas: la instalación de tres puntos de recarga y obras de adaptación de las cocheras, con un coste de 847.000 euros, de los cuales 630.000 serán de fondos europeos; y cuatro buses eléctricos por 3.146.000 euros, con 800.000 de subvención.

El Ayuntamiento, por tanto, deberá aportar 2,5 de los 3,9 millones que requieren estas dos últimas actuaciones, y ya el pasado abril anunció la modificación del contrato de transporte con Avanza para activar la tramitación administrativa, que incluye el prorrateo de tales costes durante los años de vigencia de la concesión. Así se cuenta con proceder a una «renovación anticipada de cuatro vehículos que están más próximos a finalizar su vida útil», tal y como se expuso entonces, ya que la idea no es ampliar la flota en número.

Sin embargo, los autobuses urbanos más veteranos de Segovia no alcanzarán hasta 2024 los diez años de vida útil, que es el tiempo máximo de rodaje que se fijó en el contrato de transporte vigente como norma general, después de que en 2019 se llegaran a retirar ocho autobuses con 15 años, más de un millón de kilómetros y largos historiales de averías. En total son cinco los primeros de la flota actual que cumplirán la edad de jubilación en 2024, uno en enero y cuatro en junio. Todos de la marca MAN y de 10,5 metros de longitud, la dimensión habitual de los que circulan por todas las líneas regulares menos las del AVE (11 y 12), que son de 12 metros, y la del microbús del casco histórico y San Lorenzo. 

No obstante, los cuatro eléctricos que se prevén adquirir ya se anunciaron en abril para las líneas 11 y 12, que actualmente funcionan con cuatro diésel estrenados en 2019, con vida útil hasta 2029 y que apuntan a reubicarse en una línea compatible con su tamaño, como puede ser la 4, aprovechando que no pasa por el casco histórico.

COMPRAS DE DIÉSEL EN 2019. Lo cierto es que el Ayuntamiento ya tuvo oportunidad de incorporar autobuses con energías alternativas hace más de tres años, aprovechando que Avanza debía renovar 18 de los 28 de la flota, pero se optó por que todos fueran diésel. La decisión se había tomado en realidad mucho antes, en 2016, durante la fase de elaboración del pliego de condiciones técnicas que debía regir el servicio de la nueva contrata, que terminaría arrancando en enero de 2019 con un periodo inicial de diez años. Fue en dicho documento donde se plasmó que el 100% de la siguiente hornada fuera diésel, dejando de lado alternativas más ecológicas por considerarse que todavía no eran fiables. 

Otras capitales sí que han avanzado en esa dirección, ahora ya tan interiorizada en plena etapa de crisis y transición energética, pero en el Gobierno municipal de Segovia se alegaba entonces el alto grado de exigencia de las calles de esta ciudad. Y también pesaba el recuerdo del microbús eléctrico que se adquirió hace más de una década y que llegó a funcionar bien (marcó un récord de más de 23.000 viajeros en esta línea durante 2011), hasta que dejó de hacerlo y terminó retirándose ante la cantidad de veces que dejó tirada la línea por averías demasiado frecuentes.

No obstante, lo que sí se incluyó entre las condiciones contractuales fue una cláusula de innovación tecnológica por la que el Ayuntamiento tiene asegurada la potestad para decidir el momento de introducir energías limpias, dentro de un plan de innovación que también contemplaba ya el rodaje en pruebas de hasta seis vehículos híbridos o eléctricos entre 2019 y 2021. Un serial de ensayos que ahora está ya en su último capítulo y culminará pronto, aunque con algo más de un año de retraso, entre otros motivos, por la interrupción del servicio durante la fase más dura de restricciones por una pandemia que, de forma directa o indirecta, ha alterado todo. Incluida la manera de encarar la transición energética, acelerada por la provisión extraordinaria de fondos europeos.