Condenan a dos años de cárcel al expresidente de la Lonja

Nacho Sáez
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Carlos González ha reconocido que estafó entre 2018 y 2019 a tres propietarios de terrenos y a una empresa en la realización de sondeos de agua y pozos.

El expresidente de la Lonja Agropecuaria de Segovia, Carlos González, en una imagen de archivo. - Foto: Diego de Miguel/ Ical

La Audiencia Provincial de Valladolid a dos años de prisión y una multa de diez euros diarios durante cinco meses al expresidente de la Lonja Agropecuaria de Segovia, Carlos González, por un delito continuado de estafa. En el juicio su abogado de la defensa reconoció que entre finales de 2018 y principios de 2019 estafó a tres personas que contrataron su servicios para que llevara a cabo sondeos de agua y construyera pozos en Segovia y Valladolid y a una empresa a la que encargó un trabajo de este tipo. González, que ha devuelto una parte del dinero que estafó, todavía tendrá que indemnizar con 79.460,70 euros a uno de los perjudicados pero se ha beneficiado de que el tribunal ha aceptado –para rebajar las penas que solicitaba la Fiscalía– las atenuantes de reparación del daño, su adicción al alcohol y la cocaína y el retraso indebida de la causa judicial.

La Guardia Civil inició en marzo de 2019 la operación 'Pocero', tras la denuncia presentada por uno de los perjudicados, y detuvo en mayo de ese mismo año a González, que quedó en libertad provisional tras prestar declaración. La sentencia dictada ahora considera probado que el expresidente de la Lonja se comprometió con tres propietarios de terrenos a llevar a cabo sondeos o construir pozos -según el caso-, cobró cerca de 20.000 euros de anticipos y no llevó a cabo los trabajos. También contrató los servicios de una empresa de sondeos para que esta construyera un pozo en Madrona por 79.460 euros y no los pagó.

González operaba a través de la empresa Aquaorbit, que en realidad solo era una marca comercial ya que no estaba constituida legalmente como sociedad. Se publicitaba a través de anuncios en medios de comunicación y otros soportes como una compañía que hacía trabajos de sondeo, perforación, equipos de bombeo y legalización y concesiones de agua. Una actividad que simultaneaba con su labor como presidente de la Lonja Agropecuaria de Segovia, donde no dimitió hasta dos meses y medio después de que estallara el escándalo. La pérdida de confianza de algunos de los integrantes de este histórico órgano –que marca cada semana desde hace cuatro décadas las cotizaciones de los principales productos agrarios (ovejas, corderos, cerdos, cochinillos, cereal...)– propició su renuncia, aunque él subrayó en ese momento que se marchaba por el bien de la institución. «Es una cuestión sanitaria y conveniente mientras esté en un proceso de esta envergadura», añadió el entonces presidente de Unión de Campesinos (UCCL), Juan Manuel Palomares.

El modo de actuar de González en las estafas era similar. Acordaba con las víctimas los trabajos que iba a llevar a cabo, solicitaba el pago por adelantado de la mitad de la obra y es escondía detrás de numerosas excusas para justificar la no realización de las obras. A uno de los perjudicados le llegó a decir que había conseguido los permisos para construir el pozo y este comprobó en la sección de Minas de la Delegación Territorial de la Junta de Castilla y León en Segovia que no existía ningún expediente.

La manera ilegal de proceder del expresidente de la Lonja no se limitaba su actividad como proveedor de servicios. Según consta en la sentencia también estafó a una empresa de sondeos. El propietario de un terreno en Madrona encargó a González la realización de un pozo, este a su vez contrató a una empresa especializada, incluso dirigió y supervisó los trabajos y nunca los pagó a pesar de que su coste ascendía a casi 80.000 euros. En esta operación llegó a solicitar que las obras fueran facturadas a nombre de la Lonja Agropecuaria de Segovia y se hizo pasar por un supuesto administrador de la Lonja para anunciar que este órgano iba a pagar la factura, aunque finalmente no lo hizo.

En su sentencia la Audiencia Provincial de Valladolid concluye que González se comportaba de esta manera por su «grave» adicción al alcohol y a la cocaína. Mostrarse como un empresario especializado en la realización de sondeos y pozos era su atajo para conseguir el dinero que necesitaba para mantener sus adicciones. En el juicio también se sentó en el banquillo de los acusados su hermano por su supuesta participación en las estafas, pero la Fiscalía y la acusación particular retiraron finalmente su acusación contra él al considerar como único responsable al expresidente de la Lonja.