Más flexibilidad con las terrazas... y multas más altas

David Aso
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El borrador de normativa prevé mamparas y, de forma excepcional, 'cierres' con toldos y cortinas, pero suben las multas máximas de 3.000 a 5.000 € y habrá suspensiones temporales de actividad

Los hosteleros perciben ahora más disposición en el Ayuntamiento a flexibilizar las condiciones de las terrazas. - Foto: Rosa Blanco

La ordenanza vigente de las terrazas de Segovia data de 2007 y ya pasó por cinco modificaciones puntuales desde 2009 hasta 2015, a la espera de una revisión más profunda que parecía que se iba a abordar por fin en 2018, dado que en abril de ese año salió a consulta pública el avance de una nueva regulación que, sin embargo, al final se quedó en el limbo.Lo que terminó llegando fue, en el verano de 2019, la escenificación de un fuerte enfrentamiento del Gobierno local (PSOE) con la patronal hostelera AIHS (hoy Hotuse), cuando la entonces alcaldesa, Clara Luquero, habló públicamente de no permitir «ranchitos privados» a los hosteleros, para enfado de los dirigentes de la agrupación por el «desprecio» con el que se refirió la regidora a su reivindicación de que se permitieran ciertos tipos de cerramientos de terrazas. Hoy, en cambio, con el PP al frente del Ayuntamiento, hay una disposición más clara a normalizar el uso de mamparas y otros elementos, tal y como evidencia el nuevo texto normativo que está en fase de consulta pública desde el 25 de agosto, para recabar aportaciones de colectivos y ciudadanos durante un mes. 

Ahora además ya no se trata de un proyecto de ordenanza de 'terrazas', sino de 'utilización del dominio público', puesto que también incluye otras formas de ocupación temporal de espacios, desde los puestos de la ONCE hasta los de venta de flores o de castañas, contenedores y otros materiales de obra, máquinas de refrescos, atracciones feriales e incluso artistas callejeros. Una amplia relación de instalaciones más o menos eventuales que, según el concejal de Servicios, José Luis Horcajo, «carecían de base jurídica municipal para regular y sancionar si es preciso», salvo por cuestiones básicas como la tenencia o no de licencia.

Volviendo a las terrazas, cierto es que el texto que sacó el PSOE a consulta pública en 2018 también contemplaba de forma expresa la posibilidad de que se instalaran mamparas, pero ahora se añade también la cita de jardineras y cortavientos. Y aunque se apunta que «con carácter general no se autorizará el cerramiento de las superficies verticales del perímetro de los toldos», se matiza que, «con carácter excepcional, se podrán autorizar cortinas transparentes» para ello, «previo informe por los Servicios Técnicos municipales con objeto de valorar las condiciones de visibilidad y seguridad para conductores y peatones».

No obstante, la consulta pública de 2018 anticipaba la disposición a realizar una normativa más permisiva con las terrazas respecto al ancho mínimo de paso que éstas debían dejar al peatón, metro y medio, mientras que ahora se eleva a 1,80 en vías peatonales. Y aún se plantea un cambio mucho más contundente y riguroso con el hostelero por un endurecimiento de las sanciones a las que se enfrentará, mucho más altas que las que se planteaban hace cinco años, ya que entonces no variaban los importes respecto a las todavía vigentes, aunque sí se proponía introducir como novedad la suspensión de la terraza durante 15 días para las infracciones leves más altas.

SANCIONES. Por las infracciones tipificadas como leves, actualmente se contemplan multas «de hasta 750 euros», sin prefijar un mínimo concreto, mientras que ahora se propone una horquilla «desde 100 euros hasta 750 euros y, en su caso, la suspensión de la actividad de terraza durante 15 días». Por las infracciones graves, la horquilla vigente habla de «multas de 751 a 1.500 euros y, en su caso, revocación de la licencia»; y ahora, «desde 751 hasta 2.500 euros y, en su caso, la suspensión de la actividad de terraza durante 1 mes y/o la revocación de la licencia concedida».

En cuanto a las infracciones muy graves, hoy un hostelero se enfrenta a «multas entre 1.501 euros y 3.000 euros y revocación de la licencia y, en su caso, la no autorización para la siguiente temporada»; mientras la nueva propuesta indica «multas desde 2.501 hasta 5.000 euros y la revocación de la licencia concedida y, en su caso, la no autorización o renovación para la siguiente temporada». 

Por descontado, esas mismas cuantías se aplicarán también a los supuestos de infracción contemplados para las actividades de ocupación de vía pública que se incluyen en la futura ordenanza y que aún hoy carecen de un régimen sancionador municipal propio.Pero de momento no deja de ser un borrador sometido a consulta pública, la esencia de una futura ordenanza sujeta a cambios que se espera aprobar inicialmente en pocos meses para su entrada en vigor a lo largo de 2024.

LOS HOSTELEROS AÚN CONFÍAN EN MÁS CAMBIOS. Los colectivos hosteleros aprecian la disposición a flexibilizar ciertos aspectos normativos, pero prevén participar en la fase actual de consulta pública para tantear más cambios. «Ahora hablamos el mismo idioma que el Ayuntamiento», destaca el presidente de Hotuse, Jesús Castellanos, pero cree que lo publicado «no es más que un borrador que debe pulirse en un 80%». Recela, entre otras cuestiones, de que no se permitan terrazas en aceras de menos de tres metros: «Estaríamos de acuerdo si tampoco se permitiera aparcar en esas calles, pero no es así», por lo que ve cierto agravio. Más cuando critica que la futura norma apunta a prohibir ocupar plazas ORA.

El presidente de la sección de hosteleros de la agrupación Festur (integrada en la patronal FES), Félix del Barrio, también suscribe «una valoración positiva porque ya es hora de que se cambie la ordenanza», y aprecia especialmente que se regule la instalación de mamparas. Sin embargo, considera que hay aspectos que «matizar o concretar más», relativos a tasas, el espacio disponible y el recuento de mesas y sillas que cabrán según la superficie autorizada.