Ignacio Fernández

Ignacio Fernández

Periodista


Tabera

01/06/2023

Dice Pedro Sánchez que la convocatoria electoral se la dictó su conciencia. En efecto así es: la conciencia de un inconsciente ha producido esta devastación. Está la gente entre indignada y consternada por ver cómo ése plan de vacaciones que tanto tiempo venían preparando puede irse al traste por culpa de un iluminado que tiene la capacidad de decidir que  va a gastar cuando le place doscientos millones de euros en un proceso electoral para intentar salvarse de la quema. He ahí el problema: no es que Sánchez la líe, sino que puedan hacerlo impunemente. Volvamos a un clásico: la imperiosa necesidad de cambiar de una vez por todas la ley que más daño, con diferencia, nos viene haciendo desde hace años: la muy anticuada, muy injusta y muy lesiva (por muchos conceptos) ley electoral.

El pleno del salmantino pueblo de Tabera de Abajo ha rechazado sortear la mesa electoral para el 23 de Julio porque, en palabras de su alcalde, José Antonio Sánchez Gil, "somos pocos en el pueblo y al que le toque estar en la mesa le has hundido, en julio mucha gente suele estar de vacaciones y el que no está sueña con el puente de  Santiago". Ya verán cómo lo que dice el regidor de este pequeño poblado se va a convertir en un gran alegato nacional. De hecho, no se habla de otra cosa: si si vaya faena, que si a este (varios calificativos) no se le ha ocurrido otra cosa mejor, que si llevábamos tiempo pensando en juntarnos en esa casa rural toda la familia, ése crucero, ése apartamento que alquilamos ya en enero para que nos saliera más barato…

Es imposible que, aún modificando la norma, puedan ordenarse tantos desajustes como esto produce en los ciudadanos corrientes. Y no vale decir que aquél que tenga un viaje pagado  le devuelvan el dinero para quienes esa vacación, esa cita familiar, ese encuentro soñado es mucho más importante que el dinero que cuesta y que supuestamente se reembolsaría. 

Es la penúltima alevosía de un presidente insensible y artificioso, de esa rechazable especie de falaces que encubren el interés ajeno con el egoísmo propio. Usease, sanchismo.

ARCHIVADO EN: Pedro Sánchez