Todos los procesos electorales tienen su día después. Es el día de celebrar la victoria, de digerir y asimilar la derrota, de analizar por qué ha ocurrido lo que no estaba previsto que ocurriera, o por qué no ha ocurrido que era previsible que ocurriera. Así ha ocurrido siempre y así ocurrirá esta vez. El resultado electoral, sea cual sea el ámbito en que se haya desarrollado el proceso, da para muchas consideraciones; también para mucha interpretaciones. Y es sabido que hay interpretaciones de todo tipo: unas rigurosas y objetivas; otras simplemente voluntaristas; otras negacionistas, de conveniencia, interesadas, ilusas o ficticias. Siempre hubo de todo, según quién y según donde.

Sucede en esta ocasión que las elecciones que acaban de celebrarse han sido municipales, y solo municipales. No había aquí elecciones regionales, aunque las haya habido en otras Autonomías, y todavía no tocaban las elecciones generales. Las elecciones municipales tienen una particular características: suscitan un análisis específico en cada sitio, porque en cada municipio concurren circunstancias propias que no se pueden extender a otros lugares, pero también permiten un análisis más global, en función de una acumulación de resultados locales, o de la tendencia manifestada en el electorado con carácter general.

Y esa es la reflexión que procede: que tal vez puede decirse que estas elecciones han sido algo más que unas municipales, o que estas elecciones no han sido solo municipales. Por la forma y por el fondo con que se ha desenvuelto la campaña electoral, por la proximidad temporal de unas elecciones generales que ya está en el horizonte, por el interés de los principales partidos contendientes en dejar marcado el territorio para ese cercano evento, no se ha podido evitar la sensación de que se estaba dando a la votación municipal un contenido y un alcance de otro nivel superior, el de una especie de primarias de lo que ha de venir a continuación.

Quizá era precisamente eso lo que se pretendía y a ese fin han respondido las estrategias aplicadas y los mensajes difundidos. Y si ha sido así, cada uno habrá de sacar sus consecuencias.