Aurelio Martín, el valor de contar las cosas como son

David Aso
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Desde Pedro Delgado hasta José María Ruiz, pasando por grandes referentes del periodismo y la cultura, recuerdan la figura de Aurelio Martín a través de anécdotas, vivencias y la manera en que contribuyó a proyectar la imagen de Segovia

Aurelio Martín, en los años 90, con los periodistas Fernando Sanjosé y Marcelo Galindo y el fotógrafo Juan Martín Misis ‘Chas’.

A la 1.56 de la madrugada del viernes 16 de junio se hacía público el fallecimiento de Aurelio Martín, y en pocas horas la noticia acumulaba miles de kilómetros. «Ha sido llegar al hotel, conectarme a internet y enterarme», relataba Pedro Delgado esa misma mañana desde Pekín (con motivo de un evento ciclista), a través de un mensaje de audio enviado a Radio Segovia, que dedicó buena parte de su programa de ese día a recabar testimonios. La amistad entre el ciclista y el veterano periodista venía de lejos, de sus años épicos y antes, y no dejaron de cultivarla. De hecho, Perico no faltó el pasado 20 de mayo a la tradicional comida que Aurelio ofrecía en Basardilla a sus amigos al día siguiente de cada gala de los Premios Cirilo. «En los últimos años siempre coordinábamos un poco la Carrera del Pavo. Inevitablemente le echaré de menos y no sólo este año el 25 de diciembre, sino otros muchos más y en otros muchos momentos, como por ejemplo en mi marcha (La Perico, que lleva 27 ediciones), con la que estaba siempre volcado. Lo siento en el alma. Todos los que hemos sido sus amigos tenemos una pena muy grande. Estés donde estés, siempre nos tendrás en el corazón», concluía.

«Para mí, el triunvirato de periodistas segovianos importantes que han marcado un poco el camino de todos los que hemos llegado después ha sido el que formaban Fernando Peñalosa (fotógrafo fallecido en 2009), Alfredo Matesanz (la voz de la radio, en 2021) y el propio Aurelio», contaba el mismo viernes el fotógrafo segoviano Juan Martín Misis, más conocido como 'Chas', que trabajó con él casi 30 años.

Más aún se remontan las vivencias con Aurelio de Miguel Ángel López 'Mosco', actual presidente de la Asociación de Periodistas de Segovia, ya que compartieron «pandilla» con 13 o 14 años, antes por tanto de convertirse en colegas de profesión. Primero por colaboraciones en diversas emisoras de radio, a pesar de que los inicios de Aurelio se suelen vincular habitualmente a su etapa como reportero gráfico, previa a la de redactor. 'Mosco', aparte de considerarle «el artífice de que los Cirilo tengan el prestigio que tienen», aprecia la labor de Aurelio como vicepresidente de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), «desde donde veló sobre todo por dos cosas: que se cumpliera el código deontológico, sobre todo por parte de las empresas; y que los profesionales no tuvieran esta precariedad que les atenaza». Precariedad de la que no fue ajeno el propio Aurelio en una etapa previa a su incorporación a Promecal (el grupo de El Día de Segovia y La 8), tal y como recuerda Javier del Pino, director y presentador del programa de la Cadena Ser 'A vivir que son dos días'. Relata en concreto una anécdota de cuando, hace más de seis años, Aurelio le invitó a una charla coloquio en Segovia sobre la salud del periodismo. «Hablé del declive de la profesión y lo personifiqué en la figura de un periodista que, después de una vida entera dedicado a informar sobre su ciudad, cobraba 6 euros por crónica en una agencia de noticias». Del Pino no dijo entonces que se trataba de Aurelio, quien se lo había contado antes de salir al escenario. «Pero cuando acabé, él me miró con una mirada a la vez triste, sorprendida y creo que agradecida; se giró hacia el público y dijo: «Sé que ese periodista existe porque soy yo». Le agradecí aquella franqueza; no quedan muchos periodistas dispuestos a revelar en primera persona las miserias de la profesión», valora. 

Entrevista con Pedro Delgado, en 2016, para El Día de Segovia.Entrevista con Pedro Delgado, en 2016, para El Día de Segovia. - Foto: Rosa Blanco

Del Pino, que ganó el Cirilo en 2008 como corresponsal en Washington, lamenta que no pudiera ir este año a la gala, aunque le dedicó unas palabras en su programa. Sí estuvo el veterano periodista, reportero de guerra y fotógrafo Gervasio Sánchez, Premio Cirilo en 1996, y lo extraño habría sido lo contrario: «Mi calendario de trabajo siempre estaba en función de las dos reuniones del jurado. Me podía perder el cumpleaños de mi hijo y mi pareja por un viaje al extranjero, pero nunca le fallaba a Aurelio. En abril retrasé un viaje a Irak y en mayo adelanté otro desde Mozambique», escribió en su cuenta de Twitter el mismo viernes. «Aurelio hizo algo impensable en nuestro país: convertir a Segovia anualmente en la capital del periodismo español».

En una línea similar iba el mensaje que escribió aquel día el también prestigioso periodista Felipe Sahagún, que fue quien subió al escenario semanas antes para entregarle el Cirilo de Honor: «Tu bondad, generosidad, entrega a la profesión, inteligencia, humildad, dedicación a Segovia, al Premio Cirilo y a la FAPE estarán siempre en el corazón de quienes te conocimos». O Miguel Ángel de la Fuente, el cámara premiado este año con el Cirilo, que se refería el viernes a Aurelio como «el alma mater de estos premios», así como «periodista con mayúsculas por su trayectoria y contribución al oficio». «Impulsor y alma del Premio Cirilo», coincidió en reseñar Mavi Doñate, corresponsal en Asia-Pacífico de RTVE, el mismo medio donde trabaja el periodista segoviano Manuel Román: «La prensa local, la mejor escuela. Aurelio, el mejor maestro».

«La FAPE está de luto. Y los muchos, muchos, compañeros y amigos de este gran periodista e incansable luchador por derechos de los periodistas y por el libre ejercicio del periodismo, profesión que amaba y practicaba con pasión», escribió Nemesio Rodríguez, presidente de la FAPE de 2018 a 2022. El actual, Miguel Ángel Noceda, le dedicó un extenso artículo el mismo viernes: «Siempre dispuesto y entregado a sus compañeros, se distinguió por la acogida en su tierra hasta llegar a ser 'no un periodista de Segovia, sino el periodista de Segovia'», frase que atribuía a Guillermo Altares, editorialista de El País.

Charla en el Hay Festival entre el presentador y cómico David Broncano, el periodista Javier del Pino y Aurelio Martín, durante la edición de 2018.Charla en el Hay Festival entre el presentador y cómico David Broncano, el periodista Javier del Pino y Aurelio Martín, durante la edición de 2018.

Más allá del periodismo, Sheila Cremaschi, directora del Hay Festival Segovia, recordaba a Aurelio en conversación con El Día: «Fue una de las primeras personas que conocimos al desembarcar hace casi 20 años, y desde ese momento hasta hace una semana (decía el viernes pasado) fue un activo protector del Hay Festival, porque entendió desde el principio la impronta internacional que daría a Segovia como gran ciudad de la cultura. Y siempre nos asesoró buscando lo mejor para Segovia, nunca diciendo de hacer esto o lo otro, sino compartiendo su visión con humildad».

José María Ruiz, además de describir a Aurelio como «un periodista muy comprometido y profesional», también le valora por lo que aportó como asesor, en este caso, de la Asociación para la Promoción del Cochinillo de Segovia (Procose) durante más de dos décadas, hasta 2022. No en vano, según revelaba el viernes a El Día, suya fue la idea de llamar al cochinillo 'El dorado', cuando estaban buscando título para un libro que editó Procose con la Junta. 

Comida organizada por Aurelio en su casa de Basardilla el pasado 20 de mayo; como era tradición cada año, al día siguiente de la gala de los Premios Cirilo.
Comida organizada por Aurelio en su casa de Basardilla el pasado 20 de mayo; como era tradición cada año, al día siguiente de la gala de los Premios Cirilo.

No son pocas precisamente las vivencias con Aurelio que podría narrar el cronista oficial de Segovia, Antonio Ruiz, tras unas cuantas décadas de relación, pero se queda con una relativamente reciente:«El detalle que tuvo de contar conmigo para el primer número de El Día de Segovia», en 2016. «Fue una larga entrevista donde me pude explayar con todo lo que pensaba y que publicó sin variar una frase, lo cual es muy de agradecer, igual que hace unos meses con otra que me hizo». Y es que a veces el mayor valor reside en lo más sencillo: «Contar las cosas como son, hablando claro. Sin ofender a nadie, pero sin concesiones».