Un activista del periodismo que escribió Segovia al mundo

David Aso
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Aurelio Martín, enamorado de Segovia y de su profesión, maestro con la energía de un recién llegado y periodista de dos épocas, empezó a ejercer en los últimos años del franquismo y encaró con liderazgo la digitalización de los medios

Aurelio Martín, acompañado por los periodistas Felipe Sahagún (i) y Miguel Ángel López, recoge el Premio Cirilo de Honor en la gala celebrada el 19 de mayo en el Parador Nacional de Turismo de Segovia. - Foto: Nacho Valverde (Ical)

Al periodista segoviano Aurelio Martín González, fallecido al filo de la medianoche del jueves al viernes 16 de junio, con 67 años de edad, la inspiración le pilló trabajando porque la vida siempre le pilló trabajando al pie de la noticia. Un activista incansable de la profesión, maestro de periodistas con la energía de un recién llegado. Vicepresidente de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) desde hace más de diez años, impulsor del Colegio de Periodistas de Castilla y León, corresponsal de El País y Agencia EFE, subdirector de El Adelantado en otro tiempo, director editorial de Promecal en Segovia (el grupo de El Día de Segovia y La 8) hasta su reciente jubilación...

Han sido más de cuatro décadas de intenso activismo periodístico en las que dejó huella en prensa local, nacional e internacional. Enamorado de su profesión y su tierra, contribuyó a proyectar la imagen de Segovia, contándosela al mundo con especial dedicación a la cultura y el patrimonio, sin dejar de lado otras áreas. 

«El periodismo consiste en una cosa muy importante y muy básica: ir a los sitios y contarlo. Defender esto parece algo básico, pero no lo es. El buen periodismo es el antídoto contra la desinformación y la manipulación. Sólo podemos pedir, pedimos y además se cumple por los buenos profesionales, que se contrasten las fuentes, que se vaya a los sitios a informar, y qué menos se puede pedir, que las empresas periodísticas les paguen con dignidad». Son palabras de Aurelio Martín en la gala anual del 38º Premio de Periodismo Cirilo Rodríguez, celebrada en el Parador nacional de Turismo el 19 de mayo; hace apenas un mes. Él era el coordinador, desde las primeras ediciones, del que se ha convertido en el premio más prestigioso de su categoría (corresponsales y enviados especiales de medios españoles en el extranjero); pero sobre todo era «su alma», de ahí que acabara de recibir el Cirilo de Honor. Y sin esperar obituarios, una ovación eterna de cariño y admiración de toda su profesión y más. Un emotivo homenaje en vida que, a pesar de las apariencias, ya se había empezado a preparar antes de que enfermara, tal y como desveló el 16 de junio el presidente de la FAPE, Miguel Ángel Noceda. 

Aurelio Martín (segundo por la izquierda), con Alfredo Matesanz (centro) y otros compañeros, en una concentración por la libertad de prensa celebrada en mayo de 2013. Aurelio Martín (segundo por la izquierda), con Alfredo Matesanz (centro) y otros compañeros, en una concentración por la libertad de prensa celebrada en mayo de 2013. - Foto: Rosa Blanco

Ciertamente Aurelio no descubrió nada con esas «sencillas» palabras que dedicó a un auditorio completamente entregado; pero nunca dejó de predicarlas con el ejemplo de los hechos, que es donde reside la dificultad, ejerciendo con la madurez de sus más de 40 años de carrera profesional, en defensa permanente de la profesión periodística sin perder la ilusión del becario. Raza, orgullo y, a la vez, una sorprendente humildad a la hora de remangarse y asumir tareas de novato hasta la misma víspera de su jubilación, el pasado 24 de febrero; aunque nunca desconectó del periodismo porque, en la práctica, de un modo u otro nunca dejó de trabajar.

Un periodista multimedia desde antes de que existiera tal palabra; un todoterreno de dos épocas que comenzó a ejercer en los últimos años del franquismo, primero como reportero gráfico y con incursiones previas en varias emisoras de radio; luego ya en prensa escrita, su etapa más prolija. «He conocido la Transición, la democracia, el terrorismo, las crisis... Todo en un tiempo en el que se ha producido el desarrollo de los medios de comunicación, sobre todo tecnológico. Del plomo al sistema digital hemos vivido una transformación impresionante. Buena en algunos aspectos y no tan buena en otros, como la rentabilidad de los medios», relataba hace apenas mes y medio, con motivo de un artículo elaborado por Nacho Sáez para El Día de Segovia. Y siempre a la vanguardia del sector en unos y otros ámbitos, participando con liderazgo en el proceso de digitalización desde los años 90. 

Trabajó por la regulación de las televisiones locales en España hasta 1996, como presidente de la primera asociación estatal del sector, y en los pliegos de condiciones para la obtención de licencias de televisiones autonómicas y locales digitales. Así obtuvo reconocimientos como el premio a la mejor labor en televisión del Club Internacional de Prensa en 1994; o el 'Estrella Institucional' que, cinco años después, le otorgó la Asociación para el Estudio y Desarrollo de la Televisión Local, junto al entonces presidente de la Academia de las Ciencias y las Artes Televisivas de España, Antonio Mercero. 

Aurelio Martín, con su compañero fotógrafo Fernando Peñalosa, fallecido en 2009.Aurelio Martín, con su compañero fotógrafo Fernando Peñalosa, fallecido en 2009. - Foto: Juan Martín 'Chas'

ENTREGADO A LA PROFESIÓN. Formaba parte del Consejo Asesor de RTVE, y como vicepresidente de laFAPE llevaba más de una década. Desde esa responsabilidad se implicó especialmente en las áreas de Formación y Transformación Digital, al tiempo que participaba en diversos trabajos sobre desinformación y alfabetización mediática, ya que también era miembro activo del Foro de Desinformación Mediática.

En los últimos tiempos se ocupó de ayudar a lograr que licenciados y graduados en Periodismo pudieran dar clases de Lengua y Literatura Española en Secundaria, una de sus últimas satisfacciones. Aunque el adelanto electoral le ha terminado de privar de ver cumplidas en vida otras reivindicaciones por las que venía trabajando, como la culminación del desarrollo de la ley del secreto profesional del periodismo; o el proyecto de ley de secretos oficiales, por el respeto de las libertades de expresión e información.

En su vertiente docente, codirigió el Máster de Periodismo Digital de la Universidad de Alcalá y del Instituto de Postgrado de Estudios Culturales y de Comunicación, y colaboró en otros como el de Comunicación Audiovisual de Servicio Público de la UNED. Por su doble vertiente profesional y humana, se va un pedazo imprescindible de la historia del periodismo segoviano, y en la esencia del periodismo segoviano perdurará su legado.