Ante el revuelo generado, la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) dice ahora que estudiará las acciones a llevar a cabo antes de derribar por completo la presa del paraje de La Muña, en Navafría. Tras señalar el lunes que pretende eliminar este azud por encontrarse en desuso y por suponer un obstáculo a la dinámica fluvial y al libre discurrir de la biota, este martes matizó el alcance que va a tener al menos de momento su actuación.
"Una vez realizado el acceso a la coronación del azud, se tiene pensado proceder de la siguiente manera: bajar la lámina de agua aproximadamente un metro y evaluar mediante análisis físicoquímico la cuña de sedimentación trabajando en todo momento la estructura en régimen fluyendo. Todo ello sin afectar la actuación al caudal circulante en estiaje, ni tampoco a la calidad de las aguas. Una vez obtenidos los resultados, tendremos que valorar nuevamente las acciones a realizar", apuntó el organismo estatal a través de una nota de prensa.
Esta actuación estaba incluida dentro de los trabajos que la CHD desarrolla para la conservación, mantenimiento y mejora de cauces en la provincia de Segovia, con la finalidad de restituir el dominio público hidráulico y tras haberse emitido por parte del Organismo una resolución de extinción de derecho del aprovechamiento en 2013. Por ello, ayer se inició la primera fase en el entorno de la presa,consistente en labores de desbroce del terreno para facilitar el acceso a trabajadores y maquinaria, y crear así una plataforma de trabajo segura en el cauce.
Sin embargo, los responsables de la organización de usuarios y consumidores de agua Aguaiuris creen que la suerte está echada para esta presa. "Es una auténtica salvajada", señala su presidenta, Pilar Esquinas, quien ha visitado el lugar y ha compartido una serie de vídeos en las redes sociales para denunciar lo que consideran que es una decisión equivocada. «Tenemos que defender lugares tan bonitos como este. Es una maravilla y no está atentando ni hay peligro para las personas. Lo único que se va a hacer es gastar dinero inúltilmente y destrozar un entorno que ya está totalmente naturalizado y compenetrado», comienza una de esas grabaciones.
La CHD defiende la actuación en base a razones medioambientales y biológicas fundamentalmente. «Son paredes y los peces se quedan entre pared y pared. Si ahí hay muchos peces y se quieren buscar un sitio para comer no pueden. Tampoco pueden huir de los depredadores, si los hay, o buscarse el mejor sitio para reproducirse. Eso va generando problemas biológicos, de consanguinidad... Es un problema ambiental impresionante aparte de que una parada de agua supone eutrofizar las aguas de esa embalsada, es decir, en vez de tener aguas de primera, tienes aguas de segunda», argumenta Arturo Prieto, técnico de obras de mantenimiento de cauces de la CHD en la provincia de Segovia.
El organismo estatal gestor de la cuenca del río Duero lleva años retirando presas. Lo hace cuando finaliza su aprovechamiento, casi siempre privado. En este caso el 8 de enero de 2013 emitió una resolución de extinción de derecho, «por interrupción permanente de la explotación durante tres años consecutivos imputables al titular» del aprovechamiento de aguas que ostentaba Hidroeléctrica del Cega, S.A.