«La plantilla no llega a barrer las calles adecuadamente y ni siquiera a recoger los contenedores que tocaría». Con esta contundencia aseguraba el miércoles el presidente del comité de empresa de FCC, Miguel de Santos, delegado por CSIF, que falta personal para alcanzar los objetivos actuales de limpieza viaria y recogida de residuos, de modo que aún más difícil ve cumplir con los próximos, que serán más ambiciosos. Y también falta maquinaria por las «continuas averías», añadió durante su intervención en el programa de La 8 Segovia Enfoque de Actualidad, que también contó con la participación del portavoz municipal del PP, Pablo Pérez, y el concejal de Medio Ambiente, Ángel Galindo.
Cierto es que la nueva contrata, que podría adjudicarse entre marzo y mayo para empezar a implantarse en verano (con FCC como adjudicataria virtual, en vistas de la ventaja que ha tomado en el concurso), incluye la renovación de toda la flota y también del equipamiento. Pero, entretanto, se está estirando la vida útil de vehículos y máquinas que llevan casi 14 años en servicio, después de que el concurso ya acumule 22 meses de retraso.
La contrata actual arrancó en 2006 y De Santos sí valoró que 2019 ha sido el primer año en el que ha funcionado con una plantilla media equivalente a 110 empleados con jornada completa, que es «el máximo» que se contempla en el pliego de condiciones de la próxima contrata, según interpreta. «Siempre hemos estado por debajo, incluso hasta con 20 trabajadores menos», añadió. «Entonces, si no se contrata más personal, es imposible que se pueda mantener limpia la ciudad como quieren sus habitantes», incidió.
¿Pero entonces está la ciudad limpia o sucia? «Depende de los barrios», respondió. «En la zona centro por ejemplo la limpieza es más intensiva, pero hay barrios más periféricos donde la limpieza no llega en condiciones, y también hay que tener en cuenta que la longitud de los distritos es enormemente grande para que un operario pueda llegar a todas las calles con un estándar de limpieza adecuado». En ese sentido, señaló que han solicitado más apoyo de maquinaria «para que un operario pueda tener en condiciones» el distrito que tenga asignado. «Y ahora mismo, con lo que tenemos, con la problemática de la maquinaria, con continuas averías día sí y día también, las barredoras no llegan en condiciones para poder afrontar los distritos y muchas veces es imposible llegar a todo», añadió.
Altos niveles de exigencia. Tal y como avanzó El Día en enero de 2019, el pliego de la nueva contrata contempla obligaciones tan llamativas como vaciar las papeleras antes de que estén al 80% de su capacidad, reponer contenedores rotos y borrar pintadas en un plazo máximo de 24 horas, manchas de aceite en sólo dos «cuando la situación lo requiera», inventariar el ADN de todos los perros de la ciudad e incluso identificar los excrementos que sus dueños no recojan «hasta un máximo de 500 al año». ¿Y se va a poder llegar a esos niveles de calidad?, ¿cómo se va a controlar su cumplimiento?
Frente a esa pregunta, el presidente del comité dijo que el servicio nunca ha contado con una persona del Ayuntamiento que se encargara específicamente de vigilar el cumplimiento de los objetivos de limpieza, y avanzó que, para la próxima contrata, han solicitado que alguien asuma tal labor. El portavoz del PP, por su parte, añadió que actualmente sólo hay un inspector para todos los servicios públicos municipales.
«Falta personal, y eso lo tenemos que reconocer», admitió el concejal de Medio Ambiente, aunque lo atribuyó a los límites y restricciones en materia de contratación que establece la ley Montoro de estabilidad presupuestaria. No obstante, avanzó que la Concejalía sí tiene previsto, como alternativa a la incorporación de más plantilla propia, «contratar a una empresa que se encargue exclusivamente del control». «Evidentemente, supervisada por empleados municipales, para ver si la empresa cumple o no», añadió. «Y vamos a ser firmes: en cuanto haya un incumplimiento, requerimiento, y si es necesario multar, lo haremos», sentenció. Además, afirmó que el pliego sí contempla la opción de que la adjudicataria amplíe plantilla en «cinco o seis operarios más».
Pero antes toca resolver el concurso a partir de unas condiciones de puntuación que fueron criticadas por el portavoz del PP, al considerar que se daba demasiado valor a la oferta económica.El presidente del comité previno de aceptar «bajas temerarias» que comprometan las condiciones de la plantilla y Galindo señaló que se han respetado criterios técnicos, los del interventor. El tiempo dirá, pero no será fácil alcanzar los ambiciosos objetivos del futuro servicio de limpieza.