La Cámara de Comercio e Industria de Segovia, en el marco de su 120º aniversario y con ánimo de celebrarlo con toda la ciudadanía, presentaba el pasado miércoles una iniciativa benéfica con la que espera que la sociedad, a través de donaciones de empresas y también de particulares, aporte al menos 10.000 euros (aunque el reto que ha marcado es 30.000) para «habilitar» dos habitaciones de larga estancia en el área de Pediatría del hospital. Desde pintura, vinilos, persianas o sillones para los acompañantes hasta pijamas para los niños con diseños apropiados para ellos.
Los medios previstos para recaudar fondos: donaciones directas por parte de empresas; un concierto benéfico con entradas a 30 euros que tendrá lugar el 27 de abril a las 19.00 horas en el Teatro Juan Bravo, a cargo del violinista Pablo Navarro y una banda de 10 músicos que versionarán canciones clásicas; una fila cero para aportaciones desde 5 euros; y un cóctel en el restaurante Villena, después del concierto pero independiente de este, con entradas también a 30 euros (en principio se fijaron en 50, pero finalmente se han rebajado). Todo ello con la colaboración de la Fundación La Caixa y Caixabank, Diputación y las empresas que ya han mostrado su disposición o ya han hecho donaciones directas... «Es la rueda de prensa más bonita que he dado hasta el momento, mi iniciativa más bonita y solidaria para celebrar el 120º aniversario, me hace mucha ilusión», confesaba la presidenta de la Cámara, María José Tapia, al inicio de la presentación. No esperaba la tormenta que se desató en cuanto saltó la noticia a redes sociales pocas horas después, ni las críticas del día siguiente por parte de la alcaldesa, Clara Martín, además de IU Segovia o del PSOE desde las Cortes, por el hecho de que la Sanidad pública se sirva de una iniciativa solidaria como ésta para financiar la mejora de uno de sus servicios.
De hecho, no levanta tanta polvareda el conocido empresario Amancio Ortega (fundador de Inditex, el grupo de la marca Zara) con sus millonarias donaciones, aunque también tenga sus críticos. Igual que sólo generó aplausos la manera en que se movilizaron los presidentes de la Cámara de Comercio (entonces Pedro Palomo) y FES (Andrés Ortega) por conseguir respiradores y más material sanitario en plena pandemia, si bien entonces la emergencia era absoluta. Hay ciertos paralelismos y también diferencias, por tanto, y algo de polémica ya presumía el delegado de la Junta, José Mazarías, a la vez que candidato del PP a la Alcaldía de Segovia, cuando, en su intervención durante la rueda de prensa, reflexionó del modo que lo hizo: «En esa mentalidad que tenemos muchas veces, me van a permitir, mediterránea, en la que creemos que sólo las administraciones públicas tienen que ser las que estén obligadas a dotar y mejorar los servicios públicos, a mí me gustaría que nos fijáramos en las mentalidades que hay en otros entornos más avanzados en esta consideración que quiero hacer, como es el mundo anglosajón o el escandinavo incluso, donde es absolutamente normal, y es más, absolutamente reconocido, que la sociedad civil, en muchos casos, se organice para defender y mejorar los servicios públicos», dijo. Asimismo, añadió que«muchas veces se hacen manifestaciones en la calle, que sin duda es un inalienable derecho por parte de todos los ciudadanos, pero también son dignas de reconocimiento todas estas iniciativas de colaboración procedentes del ámbito privado».
Al día siguiente, la alcaldesa de Segovia y candidata a la reelección, preguntada por la prensa, dio una réplica bien diferente: «Agradecemos la colaboración privada, pero estamos más acostumbrados a que este tipo de iniciativas se desarrollen para causas solidarias de ONG, fundaciones u otras entidades», señaló. Sin embargo, «no me parece correcto en absoluto que las acciones benéficas estén destinadas para cubrir un servicio público, y que encima el delegado territorial y candidato se enorgullezca», añadió, tras advertir que, «desgraciadamente, somos muchos los padres que hemos tenido que trasladarnos fuera de Segovia para que nuestros hijos fueran atendidos en condiciones porque no hay una zona de estancias medias». Y para terminar, una pregunta retórica no menos crítica: «Si estamos con este tipo de iniciativas para una cuestión tan puntual como dos habitaciones de Pediatría, ¿qué es lo que van a hacer para construir el nuevo hospital, van a recurrir también a la beneficencia?».
En la misma línea lanzaba un comunicado IU Segovia: «El bienestar de los niños y niñas ingresados no tiene que depender de la solidaridad de la gente ni de la asistencia a un cóctel». Y aún más lejos fue la viceportavoz del PSOE en las Cortes, Patricia Gómez, cuando habló de «una medida más para desmantelar la Sanidad pública en favor de la privada», al tiempo que sorprendió, desde Valladolid, con alusiones directas a Mazarías, «que en lugar de ocuparse y preocuparse para reclamar más inversiones para la Sanidad segoviana, lo hace con actos benéficos». Queda la duda de dónde se habrían quedado sus declaraciones si no hubiera elecciones a mes y medio vista o si Mazarías no fuera candidato, pero es una certeza que el debate sobre la manera en que se financia la Sanidad está servido.